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A los diez años del asesinato de Chico Mendes

Murió tiroteado hace diez años. Y hoy no sólo siguen en libertad sus asesinos, sino que también permanecen o arrecian todas las tiranías y degradaciones por las que entregó su vida.Chico Mendes tuvo la capacidad de librar su lucha por la libertad con independencia. Algo que escasea incluso entre los que se creen rebeldes. Pero Chico fue heterodoxo tanto en el ecologismo como en el sindicalismo o las políticas brasileñas de izquierda. Chico Mendes aprendió a reconocer el inmenso caudal ético que mana de la gratuidad de los procesos espontáneos. Por eso alcanzó el reconocimiento mundial como defensor de la integridad del bosque amazónico y de sus culturas aborígenes.

Y no sólo era ecologista, reconocido mundialmente con el premio Global 500 de la ONU... A los cercanos dedicó su acción social. Quedó excluido por las falsas riquezas derivadas de la destrucción de su mundo, y se atrevió a contestar a los poderes liderando las reivindicaciones de los seringueiros. No menos de treinta millones de familias sin tierra que han sido arrojadas sobre la última frontera del planeta; esa que en su inmensa mayor parte pertenece a unos pocos centenares de familias que sólo especulan con ellas.

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La muerte lenta de la Amazonia

Y no era sólo sindicalista... Quiso también cambiar los rumbos políticos que han convertido a uno de los países más ricos del planeta en un esclavo de su propia e inconcebible deuda. Y no sólo era político... Chico Mendes representa también uno de los más recientes casos de destrucción espoleada por una cultura que ignora su pasado, su futuro y la verdadera fuente de su bienestar. Y sobre todo aporta un formidable ejemplo de amor humano por lo natural como arma destinada a incrementar la equidad.

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