El juez retira la protección a un testigo del caso del expolio de libros de Bilbao

El juez que investiga el expolio de miles de libros y documentos históricos de Bilbao ha levantado la condición de testigo protegido a Koldo Bedoya, el único que se encontraba en esta situación en el sumario. El titular del juzgado de instrucción número 4 ha tomado esta decisión por unas declaraciones de Bedoya a un periódico bilbaíno en mayo pasado. Este caso, que lleva ya cuatro años de instrucción y contiene más de 10.000 folios, está pendiente ahora la elaboración del informe pericial definitivo. La decisión judicial aparece en un auto fechado el pasado lunes. "Siendo pública y notoria su renuncia a ocultar su identidad, carece de sentido mantener la Ley Orgánica de Protección de Testigos", señala el auto del Juzgado número 4 de Bilbao. El juez se refiere a una entrevista publicada el 23 de mayo en El Correo, en la que por primera vez se conocía la identidad, incluida su fisonomía física, del testigo conocido bajo la clave L-4. En ella rebatía las grabaciones presentadas por el librero bilbaíno Javier Madariaga en las que Bedoya acusaba a la perito del caso y agentes del Cuerpo Nacional de Policía de fabricar pruebas para incriminar a libreros bilbaínos. Este hecho motivó la queja de las defensas de varios acusados en el caso, que realizaron una petición formal al juez, quien finalmente ha decidido retirarle su condición de testigo protegido. El sumario del expolio de libros en Bilbao se está convirtiendo en uno de los casos más enrevesados tanto por su complejidad como su duración. La instrucción comenzó en noviembre de 1994, tras la denuncia que presentó el Ayuntamiento de Bilbao sobre la desaparición de volúmenes existentes en la Biblioteca de Bidebarrieta y el Archivo municipal. El anterior juez encargado del caso apuntó a dos redes diferenciadas: una formada por el responsable de la Biblioteca y un ex aspirante a ertzaina y la otra, por el director del Archivo y un restaurador. Durante el pasado año, la instrucción ha permanecido prácticamente paralizada hasta que fue retomada por el nuevo titular del Juzgado de Instrucción número 4 de la Audiencia. Nueva dirección En marzo pasado, el caso tomó una nueva dirección cuando uno de los implicados, el librero bilbaíno Javier Madariaga, presentó unas cintas grabadas al hasta ahora testigo protegido con las acusaciones a la perito y policías nacionales. Tras una queja apoyada por casi todos los implicados, la Audiencia admitió a trámite un recurso para recusar a la perito, la bibliotecaria de la Diputación vizcaína Clotilde Olaran, a quien la defensa de Madariaga censura que haya sido testigo en el caso, cliente de este librero y parte de la causa al pertenecer a una institución relacionada como es la Diputación. La Audiencia aún no se ha pronunciado sobre esta cuestión. La última declaración ante el juez en este caso se produjo el pasado miércoles a cargo del librero Madariaga, quien se negó a ofrecer su testimonio al no haberse finalizado el informe pericial definitivo y ante la falta del registro de libros y manuscritos. El anterior informe pericial elaborado por Clotilde Olaran señalaba a Madariaga como el cerebro de una de las redes de sustracción.