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Navidad anticipada en Belén

Este año, la estrella de Navidad se ha posado con 10 días de adelanto sobre Belén. Llegó ayer al mediodía, en forma de helicóptero, del que descendió el presidente de Estados Unidos, su esposa, Hillary, y su hija Chelsea. La aparición fue acogida con gritos de entusiasmo por algunos centenares de escolares que habían sido higiénicamente escogidos por las autoridades entre una población de 143.822 rebeldes y a los que se les había dado, además de banderas, pancartas y retratos, la consigna estricta de vitorear a los ilustres huéspedes."Bienvenida la primera familia a la tierra de la Sagrada Familia", rezaba en inglés una de las múltiples pancartas colocadas horas antes en los accesos a la basílica de la Natividad, donde durante cerca de una hora permaneció a solas la familia Clinton, visitando los dos templos cristianos, el de la comunidad franciscana y el de la griega ortodoxa, así como la gruta donde la tradición asegura que nació Jesús. Una vez finalizada la peregrinación religioso-histórica, la familia Clinton se unió con el presidente Yasir Arafat y su esposa, Suha, al pie de un inmenso abeto de Navidad, en la plaza, al que procedieron a colgar algunas bolas y a encender sus luces. Como si todo hubiera estado minuciosamente preparado, empezaron entonces a sonar las notas de varias canciones navideñas, interpretadas por un coro de niños de una escuela cristiana de la localidad.

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El ambiente navideño se hizo más palpable ayer en Belén cuando las autoridades municipales ordenaron encender las luces de una enorme Sagrada Familia de plástico, que parecía colgada del cielo, así como iluminar un largo neón rojo, colocado sobre el muro del ayuntamiento, en el que se podía leer una lacónica frase: Feliz Navidad.

Ciudad asediada

Para el resto de los habitantes de Belén -la ciudad de la carne en árabe o la ciudad del pan en hebreo-, ayer fue una jornada más de lucha centrada en torno a la defensa y la libertad de los presos políticos, como lo demostraban centenares de carteles en las paredes y media docena de madres y esposas de detenidos que proseguían por noveno día consecutivo en su huelga de hambre, en una plaza cercana a la calle de la Estrella.La vigilancia policial, que convirtió a Belén en una ciudad asediada, impidió que se produjeran los incidentes habituales entre los niños palestinos y los soldados israelíes. Los responsables de los controles se olvidaron, sin embargo, de custodiar Al Jader, una localidad cercana, donde tres escolares fueron heridos por impactos de las bolas de acero cubiertas de caucho disparadas por los soldados hebreos, que respondieron así a sus piedras.

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