De la alegría de santa Teresa a "El Cristo de Velázquez"

Catedrático de Literatura Española de la Universidad de Salamanca, escritor, crítico de poesía en Abc hasta este verano y guionista de televisión para una serie sobre santa Teresa de Jesús que dirigió Josefina Molina, Víctor García de la Concha se considera, sobre todo, "testigo privilegiado" de los movimientos de la última poesía española.El nuevo director de la Real Academia Española llegó a la poesía de la mano del crítico literario Ricardo Gullón, que fue su maestro y quien le introdujo en su pasión de juventud, la obra de Juan Ramón Jiménez.

"Me marché a Puerto Rico, a trabajar en la sala Zenobia-Juan Ramón en la Universidad de Río Piedra y desde allí, y con mi trabajo, creo que creé cierta escuela juanramoniana de la que hoy puedo decir que tengo nietos", afirma el nuevo director de la Real Academia. "Más tarde, y ya en Salamanca, llevé a cabo dos de los trabajos más queridos por mi, las ediciones críticas del Cristo de Velázquez y de San Manuel Bueno, mártir, de Unamuno. A partir de mi llegada a la Universidad, me relacioné con los nuevos grupos de poesía, el de la Universidad de Granada, el de Valladolid y el de los novísimos, en el que destacaba un jovencísimo Pere Gimferrer".

Canciones de convento

De todos sus trabajos, Víctor García de la Concha siente especial predilección por El libro de Romances y coplas del Carmelo de Valladolid, una edición crítica de un manuscrito que escribió una monja en el que recogía las canciones que se cantaban en el convento."Mi teresianismo me llevó a encontrar en un cuaderno coplas escritas por una compañera de santa Teresa que yo primero creí que era una monja que actuó de secretaria suya, pero que hoy creo que era una hermana del padre Jerónimo Gracián, que era el gran amor de santa Teresa. La monja, de oído, recogía lo que las otras monjas cantaban en el convento, ellas cantaban poemas de amor a lo divino. Aquel libro me reconstruyó lo que era el convento teresiano, muy alejado de ese ambiente tétrico que creía ver, equivocadamente, Miguel de Unamuno". "Lejos de lo que se cree, Teresa de Jesús", añade García de la Concha, "era una mujer que quería cultivar al máximo el honesto esparcimiento, la alegría de vivir".

Víctor García de la Concha ocupa desde hace siete años el sillon c de la Academia, el mismo que ocupó Ricardo Gullón hasta su fallecimiento. El nuevo director fue elegido académico en el año 1991 e ingresó en mayo de 1992. En diciembre de ese año fue nombrado secretario por mayoría absoluta.