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ELECCIONES EN LA ACADEMIA

El filólogo Víctor García de la Concha dirigirá la Academia Española del siglo XXI

El sucesor de Fernando Lázaro Carreter logra la mayoría absoluta en la primera votación

Elsa Fernández-Santos

El filólogo Víctor García de la Concha es, desde ayer y para los próximos cuatro años, el director de la Real Academia Española. El nuevo director, elegido en la primera votación por mayoría absoluta, ha vivido en primera fila la renovación que ha impulsado durante los últimos siete años Fernando Lázaro Carreter, cuyo camino pretende continuar."La Academia del siglo XXI ya la ha definido Lázaro Carreter", afirma García de la Concha, que no llega con un programa debajo del brazo porque "el programa es cumplir con lo que ya se está haciendo, y para eso hay tarea para cuatro y más años". El filólogo añade: "Hoy el verdadero director de la Academia es la propia Academia, y mi papel se limitará a proponer, estimular y ejecutar lo que todos aprueben".

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"Lázaro Carreter deja el listón muy alto y, evidentemente, yo no tengo su personalidad. Mi talante es muy distinto, soy tenaz y luchador, pero mi naturaleza no es combativa y peleona. He estado muy cerca de Lázaro Carreter estos años y he vivido desde una posición privilegiada su renovación. Sé que cuento con su respaldo, como cuento con el de muchas otras grandes personalidades de la Academia", continúa García de la Concha, catedrático de Literatura Española en la Universidad de Salamanca desde 1979 y académico del sillón c (en la vacante que dejó su maestro Ricardo Gullón) desde 1991.

"Soy un hombre de institución y de consenso", afirma García de la Concha. Un hombre de institución porque se considera un "apasionado" de la Academia -"creo firmemente en ella como una de las grandes instituciones de este país"- y de consenso porque asegura estar cerca de todos los sectores que constituyen el cuerpo de la Academia. "Creo en la integración, creo en una Academia que no es monocorde, sino acorde, que tampoco es monocromática, sino policromada, y que no es plana ideológicamente".

"Mi experiencia en la Academia es corta pero ancha", continúa García de la Concha. "Y tengo un conocimiento privilegiado de su engranaje", añade el nuevo director, que ha sido secretario de la Academia durante los últimos seis años y que deja vacante una plaza que se someterá a votación el próximo día 17.

Hablar o gruñir

La unidad de la lengua y el empobrecimiento de su uso son, como lo fueron para Lázaro Carreter, obsesiones del nuevo director. "Se lee menos pero, sobre todo, se lee peor", afirma. "En la enseñanza del español no se está prestando suficiente atención a la lectura como un placer gustoso y reflexivo. Como consecuencia de esa mala lectura se está llegando al empobrecimiento del vocabulario. Al final, sólo se utiliza un centenar de palabras; se confunden y repiten los términos, la expresión se vuelve expeditiva y funcional, casi gestual o, simplemente, con gruñidos. Para todo esto no hay más remedio que la enseñanza y la vigilancia de la Academia, que no puede legislar pero que sí puede llamar la atención y estimular".Víctor García de la Concha se muestra especialmente entusiasmado con la relación de la Academia Española con las otras academias del español (19 de Hispanoamérica, la norteamericana y la filipina). Hace dos semanas, en el congreso organizado en Puebla (México), el nuevo director de la Academia -entonces en calidad de secretario- fue testigo del interés y la necesidad de un trabajo común de todas las casas del español. Un trabajo en el que hay que tener un cuidado "exquisito" para que la Academia Española no parezca "prima inter pares, la primera entre iguales". "La fuerza numérica del español está en Latinoamérica y eso no hay que perderlo nunca de vista. Por ello, y por poner un solo caso, en la nueva redacción de las normas de ortografía los ejemplos escogidos son por igual de autores españoles y latinoamericanos".

El problema de la imparable asimilación de anglicismos fue uno de los temas que se debatieron en Puebla y que se pretende estudiar a fondo en un futuro. "En la Academia Española se constituirá de manera inmediata una comisión que estudie el problema en todas sus vertientes", explica García de la Concha.

Filtro común

"El problema es muy complejo porque el español -que no olvidemos que nace de una coiné- siempre ha tenido una gran capacidad de asimilación: 4.000 palabras árabes, cientos de italianismos, miles de galicismos. Ahora se enfrenta a la fuerte llegada de los anglicismos y el problema no es nada fácil porque por una ley de universalidad se tiende a una lingua franca muy elemental, y que nada tiene ver con la lengua de Shakespeare o Faulkner, que se impone en la industria, en los comercios, en las finanzas y que es contra la que debemos establecer, junto a las academias americanas, unas normas comunes de filtro".Para el nuevo director "es el consenso de siglos lo que da valor a la norma", y recuerda, sacando un papel de su cartera, la frase de Quintiliano que dice: "El uso es el maestro de la lengua". "El pueblo hace la lengua y la Academia ejerce de notario estando atenta al día a día, pero sin olvidar su función conservadora. No sólo hay que reconocer las palabras en uso sino también mantener las que están en desuso en el habla pero no en la literatura".

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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