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El Gobierno central pagará los 3.500 millones de la depuradora de Oñati

La construcción de una estación depuradora de aguas residuales en la comarca del Alto Deba resolverá el notable nivel de contaminación del río Deba, que recoge los vertidos urbanos de una población que suma 95.000 habitantes, así como los residuos industriales del potente entramado industrial que jalona todo el valle. La construcción de la depuradora costará 3.500 millones de pesetas, que van a ser financiados con cargo a los Presupuestos Generales del Estado de 1999 merced a una enmienda consensuada por el PNV con el PP. El diputado foral de Obras Hidráulicas, el socialista Jorge Letamendia, criticó ayer el anuncio publicado el pasado 22 de noviembre por el Consorcio de Aguas de Guipúzcoa en El Diario Vasco con un texto en el que su presidente, Victoriano Gallastegui, alcalde del PNV en Bergara, agradecía al grupo parlamentario nacionalista "este logro de enorme magnitud". Letamendia indicó, por otra parte, que va a solicitar al Consorcio que modifique su plan inicial de ubicar la depuradora en San Prudencio (Bergara) para que se pueda emplazar en Zubillaga (Oñati). El cambio se justifica por un análisis comparativo que pone de relieve sus ventajas económicas y ambientales. La depuradora, que tratará las aguas residuales de Eskoriatza, Aretxabaleta, Arrasate y Oñati, forma parte del sistema de saneamiento de la comarca, donde ya se está ultimando la construcción de la red de colectores, en los que el Consorcio y la Diputación han invertido un total de 2.950 millones de pesetas. Queda pendiente la construcción de una segunda depuradora en Bergara. Menor impacto ambiental La elección de Zubillaga como emplazamiento para la primera depuradora descarta las alternativas de Epele (Mondragón) y San Prudencio porque en éstos dos casos habría que construir nuevos colectores en los márgenes de los ríos Deba y Oñati, lo que supondría un impacto ambiental inasumible. Además, en el caso de Epele, la estación debería construirse en una cota elevada 40 metros para salvar el futuro trazado de la Eibar-Vitoria, lo que multiplicaría los gastos de explotación, al tener que bombear las aguas. La solución de Zubillaga implica la construcción de un túnel de 2.100 metros de longitud que conecte la estación con el colector de Musakola (Mondragón), donde confluirán las aguas negras de la parte alta de la comarca. El coste del túnel se cifra en 1.540 millones de pesetas, mientras que la depuradora supondrá un desembolso de otros 2.000 millones de pesetas. El diputado Letamendia comentó que la redacción de los proyectos y su licitación se van a efectuar con la máxima celeridad, de forma que las obras puedan comenzar el próximo año. El plazo de construcción será de dos años, por lo que la nueva red de saneamiento no entrará en funcionamiento hasta 2002.

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