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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un monumento

La primera vez que vi esta obra fue en París: quizá haga 40 años, o más. La he visto más tarde en Milán, en su sede; y en Madrid, en el Teatro Nacional María Guerrero. No cambia: los monumentos permanecen a través de los tiempos, y esta obra es un viejísimo monumento del teatro, y la versión de Giorgio Strehler es un monumento teatral del siglo.

Dos grandes actores

"Arlechino, servitore di due padroni"

De Carlo Goldoni. Música: Fiorenzo Carpi. Intérpretes: Giorgio Bogiovanni, Nicoletta Maragno, Paolo Calabresi, Stefano Quatrosi, Giorgia Senesi, Sergio Leone, Gianfranco Mauri, Margherita Di Rauso, Ferruccio Soleri, Moreno Bernardi, Michele Bottini, Maria Grazia Solano, Adighiero Scala, Luca Criscuoli, Gianni Bobbio, Paolo Mattei, Francesco Mazzoleni, Ivo Meletti, Celio Regoli. Escenografía: Enzo Frigerio. Vestuario: Franca Squarciapino. Movimientos mímicos: Marise Flach. Dirección: Giorgio Strehler. Piccolo Teatro Di Milano. Teatro D´Europa Festival de Otoño. Teatro Albéniz de Madrid. 25 de noviembre.

Los dos grandes actores que la interpretan son los mismos desde hace muchos años: Ferruccio Soleri, el prodigioso Arlequín, y Gianfranco Mauri, Brighela. La compañía en cambio es joven: estudiantes de teatro, meritorios: ninguno de ellos es mal actor, y todos merecen estar en este reparto.Por lo que se cree, la versión de Giorgio Strehler, el maestro creador del Piccolo Teatro de Milán, que ha tenido mala suerte administrativa en los últimos años, es la más parecida a como decía ser la Comedia del Arte cuando dejó de ser una improvisación y se convirtió en un texto astuto y brillante: cuando se extendió por el mundo, influyó la comedia y el circo y, finalmente, el cine: todos los maestros de la época muda, y algunos de después, son finalmente arlequines.

Funcionó muy bien esta representación ante un teatro lleno. Frigerio y Squarzapino dieron los colores, la elegancia y la finura de los colores escénicos, y la dirección mantuvo el continuo movimiento, la ligereza de la trama, la declamación ajustada a la época y al tema de los actores.

Gustó mucho la representación del miércoles, que es la que vi; y me contaron que la del estreno, con los profesionales de siempre en el patio de butacas, fue triunfal.

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