Un hotel de estación acoge en Barcelona la exposición de 44 galerías
La feria New Art celebra su tercera edición
Lugar de cruce de trenes, metros, gentes. La estación central de Barcelona, en Sants, está siempre en perpetua ebullición. Literalmente encima, un hotel nuevo pero con cierto aire añejo, de los habituados a convenciones comerciales. Los inquilinos de la primera planta no son transeúntes ni viajantes. Desde ayer y hasta el próximo domingo, las habitaciones están ocupadas por las piezas de unos 200 creadores que participan en la tercera edición de New Art, una feria en la que este año participan 44 galerías procedentes de diferentes puntos de España.
New Art, una iniciativa surgida a imitación de propuestas similares estadounidenses, parte de la idea de que la presentación en un hotel, por lo insólito, origina un contacto más directo entre el espectador y la obra del arte al tiempo que concentra en un espacio reducido a galeristas, artistas y coleccionistas, lo cual, en opinión de los organizadores, ofrece mayores posibilidades de contactos e intercambios que las grandes ferias comerciales. El objetivo último es potenciar la venta de obras, si bien un sector da prioridad también a dar a conocer de forma amplia el trabajo de artistas jóvenes o aún poco conocidos mediante una presentación individual o con instalaciones relacionadas directa o indirectamente con el espacio, la habitación de un hotel, en el que se presentan.Con todo, buena parte de las galerías que participan -de las que 20 son barcelonesas y el resto proceden de diversos puntos de España- optan por presentar una exposición colectiva, generalmente con piezas de pequeño formato, con el objetivo de exhibir una oferta variada del trabajo de sus artistas.
Entre las múltiples excepciones destacan, por ejemplo, las apuestas de Artgràfic -que presenta los paisajes desdibujados del aún inédito artista Jorge Rodríguez Pombo-, Joan Prats -con una instalación de Helena Cabello y Ana Carceller centrada en los límites autoimpuestos en las relaciones personales-, Senda -con diversas piezas de Jean-Michel Othoniel-, Nova 3 -que presenta una instalación fotográfica y objetual de Tomàs Pladevall y Pep Duran- y Metropolitana -con instalaciones de Cruspinera y Jesús Galdón.
Para el público barcelonés, uno de los alicientes ha sido siempre el conocer a artistas y galerías de fuera de Cataluña. En este sentido, resulta interesante la presencia de galerías como la valenciana My name´s Lolita Art -que se presenta apostando también por jóvenes creadores casi desconocidos-; la madrileña galería Carmen de la Guerra -que ha centrado la exposición en artistas que tratan de forma subversiva e irónica temas infantiles, desde barbies hermafroditas a pitufas muertas-; y la santanderina Siboney -con José Gallego y Pedro Carrera-, por citar unas pocas.
New Art ha cambiado este año su ubicación. En las dos ediciones anteriores se celebró en el hotel Majestic, situado en el céntrico paseo de Gràcia, y a partir de ahora y en las próximas tres ediciones se celebrará en el hotel Barceló Sants. Otra novedad es la disminución del número de participantes y la completa desaparición de la presencia internacional. También han desaparecido las habitaciones individuales dedicadas a publicaciones de arte, que en esta edición se concentran en un solo espacio en el que se presentan las revistas Ars Mediterrania, Expoguía, Ajoblanco y El Periódico del Arte, que des-de esta temporada se vende en quiosco. Como novedad positiva destaca la edición de un pequeño catálogo patrocinado por el Ayuntamiento de Barcelona y la concentración de todas las galerías en una sola planta del hotel, lo que facilita la circulación.
La feria New Art es una iniciativa de la Asociación Art Barcelona, que reúne a 16 galerías catalanas especializadas en arte contemporáneo. Cuenta con un presupuesto de unos 12 millones de pesetas que sufragan la entidad y los mismos galeristas que exhiben sus obras -la participación cuesta unas 190.000 pesetas, con todos los gastos incluidos-. El año pasado se alcanzaron 12.000 visitantes y los organizadores confían en que, pese al cambio de emplazamiento, se mantendrá la cifra. El público puede acceder hasta el día 29 previo pago de 500 pesetas.
Babelia
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