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Ovejero gana el Premio Grandes Viajeros con el libro 'China para hipocondríacos'

La obra narra un viaje de dos meses realizado por el autor en 1990

El escritor e intérprete José Ovejero fue proclamado anoche ganador del Premio Grandes Viajeros por su libro China para hipocondríacos. Convocado en su primera edición por Ediciones B, el premio está dotado con cinco millones de pesetas. El autor, que relata en el libro un viaje realizado en 1990, recogió ayer el premio en un acto celebrado en el Instituto Cartográfico de Cataluña, en Barcelona.

China para hipocondríacos es el quinto libro de Ovejero, que ha escrito una novela, un libro de cuentos, un poemario y una guía de Bruselas, ciudad en la que reside desde hace 10 años. "Me gusta tocar géneros diferentes para conservar la frescura y no encerrarme en recetas", afirma el autor, que se presentó al premio precisamente, dice, "porque soy escritor, he publicado cuatro libros en cuatro años pero soy un absoluto desconocido en el mundo literario; es un mercado en el que resulta muy difícil entrar y pensé que un concurso de estas características me permitiría darme a conocer, aunque nunca creí que iba a ganarlo".Rosa Montero, miembro del jurado, aludió a la escasa trascendencia de las anteriores obras del ganador. "Me siento verdaderamente feliz de que el premio haya servido para publicar un libro precioso y para dar a un autor importante un nivel de visibilidad del que antes carecía". Montero, que se refirió al ganador como "un pedazo de escritor increíble", destacó que el libro contiene "información sustancial de un lugar exótico" y sirve al lector algunas aventuras pero, fundamentalmente, tiene en común con los grandes libros de viajes el hecho de narrar la aventura vital del autor.

China para hipocondríacos, que lleva por subtítulo De Nanjing a Kunming, es el resultado de un viaje que Ovejero realizó al sureste de China durante dos meses de 1990. Debido a su necesidad de ir cambiando, aprendiendo, enfrentándose "a la lejanía en cada viaje", el escritor seleccionó destinos alejados de las rutas turísticas, estableció contacto con campesinos, captó la realidad política y social y fue objeto de la curiosidad de los nativos. "Tomé muchas notas, porque soy escritor y sé que muchas cosas se te olvidan. Pero nunca pensé en convertirlo en un libro", asegura el autor. "Las notas estuvieron durmiendo en un cajón hasta que me di cuenta de que realmente en ellas había un libro. Entonces las reelaboré para dar con el tono, que es el de contar esa parte oculta de los viajes. Una de esas cosas es que soy hipocondriaco", explica Ovejero, desvelando así el porqué del título. China para hipocondríacos compitió por el Grandes Viajeros con cerca de 300 originales.

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