Vilallonga reconstruye la relación entre el Rey y Franco

José Luis de Vilallonga (Madrid, 1920) presentó ayer en Madrid su libro Franco y el Rey (Plaza y Janés), en el que reconstruye la relación entre el dictador y don Juan Carlos y con el que pretende cerrar la trilogía que empezó con El Rey (una biografía autorizada de Juan CarlosI que vendió más de 300.000 ejemplares) y continuó con El sable del Caudillo (con 100.000 ejemplares vendidos).Aclarando que él no es "un historiador", Vilallonga afirmó que la mayoría del material de su nuevo texto vuelve a salir de las conversaciones que mantuvo con el Rey para elaborar su biografía. "He sido un antifranquista pasional, pero después de mi trabajo junto al Rey he empezado a tener una visión distinta del general", afirmó ayer el escritor, que añadió: "Recuerdo que una tarde en que trabajábamos en nuestro libro, le pregunté a don Juan Carlos algo acerca de Franco. "¿A qué Franco te refieres?", me contestó el Monarca. Ante mi desconcierto, don Juan Carlos me explicó: "Francos ha habido varios: el de la guerra de África, el Franco de la República, el del alzamiento, el de la guerra civil, el dictador y, por último, el anciano que murió en terribles circunstancias. Cada uno de ellos fue un hombre diferente". Para Vilallonga, Franco sabía perfectamente que con él moría su régimen y, "además, le importaba un bledo lo que podía ocurrir".

Vilallonga (que asegura que el Rey rara vez miente y que cuando lo hace, miente mal) recordó ayer cómo don Juan Carlos llegó a los 11 años a España, asustado pero bien aleccionado. "Cuando Franco le preguntó por su padre, le contestó: "El Rey esta bien, gracias". Con el tiempo, y según dice el Rey en el libro, Franco logró alejarle de la influencia del Consejo Privado de su padre.

El escritor describe la relación entre ambos como difícil pero cordial. Franco (que no quería que don Juan Carlos estudiara en Salamanca porque uno de los profesores era Tierno Galván) era un hombre solitario e incapaz de exteriorizar sus sentimientos, pero el Rey asegura en sus conversaciones con Vilallonga que entre Franco y él funcionaba "a veces una especie de telepatía".