Presupuestos
Cualquier sociedad comprometida conoce que las distintas políticas de un Gobierno las definen los presupuestos, debatidos ayer en el Parlamento andaluz. El personal de Administración y Servicios de la Consejería de Educación y Ciencia necesita que se aumente el presupuesto en el Capítulo I un tanto por ciento de los efectivos reales y, por tanto, que sea considerado dentro de las partidas presupuestarias de Educación. En un principio se establecía un 2%, cantidad que significa un aumento en el Capítulo I realmente insuficiente. La dotación de 139 plazas no cubrirían las necesidades que de este personal se tiene en los centros de enseñanza. Pongamos un ejemplo. Un colegio público tiene, dato contrastado, 1.400 alumnos y un ordenanza, cuando en la relación de puestos tiene que haber cuatro. Esto es absolutamente inadmisible, dándose la circunstancia de que, desde la delegación de Educación respectiva, le dicen al director del centro que adscriba a los limpiadores a ese puesto, fórmula absolutamente intolerable, que contrate a una empresa privada o que se busque la vida. La política de personal de la Consejería de Educación y Ciencia tiene que planificar las necesidades del personal de Administración y Servicios. Sin una planificación correcta, los centros difícilmente podrán funcionar para dar una educación de calidad. Esta planificación no está suficientemente considerada por la actual Administración educativa. FETE-UGT tiene el convencimiento de que sin un aumento en los presupuestos del personal de Administración y Servicios no es posible el funcionamiento normal de los centros educativos. En el ejercicio del año 99 el 2% de aumento de los efectivos reales significa 139 puestos de trabajo, que no cubren las necesidades básicas. Proponemos un incremento del 10% y dotaríamos 700 plazas absolutamente necesarias. Y ello reoresenta 834 millones. ¿Tanto significan 834 millones? ¿Desnivelan el presupuesto del Capítulo I de la Consejería de Educación y Ciencia? Estamos convencidos de que es perfectamente asumible.- Lourdes Alonso del Pozo. Secretaria de Personal de Administración y Servicios de FETE-UGT Andalucía. Sevilla.
Sida: realidades y carencias
Soy seropositivo, por tanto la opinión que expreso a continuación bien pudiera ser muy parcial y subjetiva. Pero es la mía. Bajo mi punto de vista, se está produciendo una excesiva medicalización en relación al sentido del tratamiento integral del VIH/sida. Esta afirmación puede ser controvertida. Hallar la solución farmacológica a la infección por VIH supondría la eliminación de la importancia que ahora le concedemos al asunto. Sin embargo, la realidad, aunque esperanzadora, no nos garantiza en absoluto la curación. Con las nuevas combinaciones de fármacos se está consiguiendo mejorar los valores analíticos de mucha gente y se contabilizan menos ingresos hospitalarios y defunciones. Estos tratamientos, hasta donde se han podido evaluar con garantías científicas, tienen resultados positivos. El tiempo y la capacidad de mutación del virus dictarán el futuro. Bien, siempre es bueno algo que, al menos aquí y ahora, funciona y proporciona cantidad y calidad de vida. Esto no nos puede hacer olvidar que el sida es un fenómeno no sólo médico-sanitario, sino con amplias repercusiones psicológicas y sociales. Es por tanto necesario un abordaje integral del tema. 1. Salvo contadas ONGs, nadie está ofreciendo el soporte psicoemocional que muchos afectados necesitan. Los centros de salud mental del SAS son pocos y carentes de especialistas en este tema, y el fomento y apoyo a los grupos de ayuda mutua, cuya importancia y validez está más que demostrada, es escaso. 2. La deshumanización existente en estos momentos, por meros problemas de recortes presupuestarios, está haciendo de la obtención de la pensión no contributiva o de ayudas económicas para la subsistencia de estas personas algo bastante complicado. 3. Seguimos sin tener una adecuada infraestructura de acogida para estas personas. Son demasiadas las que carecen de todo tipo de apoyo y viven a su suerte. 4. He dejado para el final lo que para mí es la última gran vergüenza nacional: los portadores y enfermos de sida en prisión. El nuevo Código penal abrió nuevas posibilidades, pero dejó otras igual. La obtención de la libertad condicional por "enfermedad grave e incurable", como lo es ésta, sigue siendo algo bastante difícil. La asistencia sanitaria en prisiones ha mejorado, nadie lo duda, pero sigue siendo radicalmente distinta, al igual que las posibilidades de prevención de nuevas infecciones, a la que puede recibir una persona en libertad. Y si hablamos de las repercusiones físicas y mentales que suponen la privación de libertad, no podemos más que concluir que existen muchas cosas que cambiar, que analizar y discutir entre todos, afectados y los que no lo están, jueces, médicos y psicólogos. Creo que hay que dar un giro a una política penitenciaria que está haciendo de las cárceles unos lugares monstruosos, enormes y hacinados, donde están personas enfermas de adicciones (drogas) y patologías físicas graves (VIH, hepatitis C y B, TBC...) que, al menos a mí, me hacen pensar en otras posibles soluciones.- Pepe (Uno). Sevilla.
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