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Jefferson, descubierto por el ADN

Análisis genéticos prueban que el padre de la independencia de EE UU tuvo hijos cn una esclava

Los historiadores le han dado vueltas al tema durante dos siglos: ¿es verdad que, como se rumoreó ya en su época, Thomas Jefferson (1743- 1826) tuvo como concubina a una esclava negra, que le dio hijos que él jamás reconoció como tales? Así lo han sostenido hasta ahora una rama minoritaria de la historiografía norteamericana y los 800 presuntos descendientes de aquella relación, mientras que la corriente mayoritaria rechazaba con indignación arrojar semejante sombra sobre el que fue redactor de la Declaración de Independencia de EE UU y tercer presidente del país, y sigue siendo su figura política e intelectual más prestigiosa.Pues bien, el rumor es ahora un hecho científicamente comprobado. Jefferson fue un pecador. Un estudio de la revista científica Nature difundido ayer en EE UU señala que las pruebas genéticas de ADN realizadas a algunos descendientes de Sally Hemings confirman que tienen un cromosoma Y que sólo pudo transmitirles el hombre que escribió al comienzo de la Declaración de Independencia: "Consideramos verdades evidentes que todos los hombres han sido creados iguales y que su Creador les ha bendecido con determinados derechos inalienables, entre ellos la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad". Un hombre progresista para su época que, sin embargo, se negó toda su vida a extender a los esclavos traídos de África esa idea de igualdad y libertad aprobada por el primer Congreso de EE UU el 4 de julio de 1776.

Los análisis genéticos dirigidos por el profesor Eugene Foster demuestran que Jefferson fue el padre de, al menos, el hijo más joven de su esclava Sally Hemings, al que su madre bautizaría como Eston Hemings Jefferson. Los trabajos, en los que han participado científicos de las universidades británicas de Oxford y Leicester y la holandesa de Leiden, han consistido en comparar el ADN de los actuales descendientes de Eston Hemings Jefferson con los de varios de los herederos legales e indiscutibles de Jefferson. Las dos ramas tienen en común un gen rarísimo. "Jefferson no fue un mujeriego", declaró en Austin (Tejas) John Taylor King, uno de los descendientes de la esclava. "Tenía 33 años cuando falleció su esposa Martha, con la que había tenido dos hijas, y entonces se enamoró de Sally Hemings, a la que se llevó a París cuando fue allí embajador de EE UU y con la que convivió durante 36 años". Pero el padre fundador de EE UU jamás reconoció esa relación.

Sally Hemings, que era mulata y tenía 29 años menos que él, y sus hijos vivieron siempre en la zona de los esclavos de Monticello, la maravillosa finca del político, científico y filósofo. La contradicción entre su declaración de que todas las personas son iguales y el mantenimiento de cientos de esclavos en su propiedad ha sido siempre el gran reproche que se le ha hecho a Jefferson.

"Lo más difícil de entender cuando se estudia a un personaje tan visionario es que no pareciera tener el menor remordimiento por ser un propietario de esclavos", dice Annette Gordon-Reed, una escritora de Nueva York cuyo libro sobre el caso Sally Hemings desencadenó la investigación genética de Foster.

Jefferson se opuso a la continuidad de la trata de esclavos, pero sostuvo que los ya existentes en América no deberían ser emancipados. "La amalgama de los blancos con los negros produce una degradación que ningún amante de este país, ningún amante del carácter humano puede consentir inocentemente", escribió en una carta de 1814. Y también hizo comentarios racistas que contradicen el espíritu de la mayoría de su obra escrita y política. En sus Notas sobre el Estado de Virginia escribió: "Nunca he encontrado un negro que exprese un pensamiento que vaya más allá de la mera narración; nunca he visto un trazo elemental de pintura y escultura; en música, eso sí, son mejores que los blancos". Ahora los trabajos científicos confirman lo que ayer The Washington Post, pensando en el caso Lewinsky, calificó de "el más viejo rumor sobre sexo presidencial" en la historia de EE UU.

Ya en 1802, el periodista James Thomson Callender publicó en The Richmond Recorder que Jefferson tenía relaciones sexuales e hijos con su esclava Sally Hemings, lo que el político y sus partidarios negaron con vehemencia. La idea de que el padre de la Declaración de Independencia se acostaba con una esclava es escandalosa para el racismo y el conservadurismo blancos. Pero también indigna a los progresistas: Jefferson, como tantos otros propietarios de esclavos, mantenía una segunda familia secreta con una mujer privada de libertad. No era, pues, un santo.

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