España es uno de los países de la UE que menos gasta en conservar sus carreteras
Las víctimas mortales por accidente de tráfico se vuelven a disparar este año
España, con unos 5.600 muertos cada año por accidente de automóvil, es el quinto país más peligroso de la Unión Europea respecto al tráfico y las cifras no mejoran. En lo que va de 1998 hay un repunte en esta negra estadística. A finales de los ochenta y principios de los noventa se hicieron grandes inversiones en la red viaria, pero los datos demuestran que no se puede culpar de este mal a la deficiente educación vial de los españoles. España es uno de los países de la UE que menos invierte en carreteras. Gasta entre cinco y seis veces menos que Italia o Alemania y la mitad que el Reino Unido.
Desde el 1 de enero de este año hasta la noche del pasado jueves se han registrado en España 3.532 muertos en carretera, según datos de la Dirección General de Tráfico, mientras que en el mismo periodo del año anterior se registraron 3.373. Estas cifras siempre aumentan con el cómputo total, el homologado, al tener en cuenta los que mueren en las ciudades y hasta un mes después del siniestro. El aumento es de un 4,7%, lo que equivaldrá al final de año a 200 muertos más que el año pasado. Sólo Portugal, Grecia, Luxemburgo y Austria tienen un tráfico más inseguro que el español, con base en el número de muertos por millón de habitantes.Es cierto que el parque automovilístico casi se ha duplicado en diez años -13 millones en 1997; cerca de 21 millones ahora-, pero este crecimiento es similar al resto de los países de nuestro entorno, que sí están logrando contener, aunque poco a poco, la siniestralidad de sus carreteras.
Los especialistas aseguran que el factor humano es crucial y que a los españoles les falta la educación vial de, por ejemplo, el Reino Unido, el país más seguro de la UE. Los estudios realizados en el Instituto Universitario de Tráfico de Valencia han descubierto que, por ejemplo, con buen tiempo se registran más accidentes. El tiempo adverso parece despertar más la cautela de los automovilistas. Ésa puede ser una explicación para este siniestro otoño de clima primaveral.
Pero el estado de las carreteras no puede ser ajeno a este asunto. A partir de 1989, cuando se empiezan a abrir autovías, España inició su bajada en las estadísticas de siniestralidad. Los datos que baraja la Federación Internacional de Carreteras y que ha elaborado la asociación española demuestran que hemos bajado la guardia. En 1996, España gastó 452.000 pesetas en conservar cada kilómetro de su red viaria. Italia y Alemania invirtieron respectivamente 2,47 millones y 2,28. Finlandia, Suecia, Reino Unido y Dinamarca invirtieron el doble que España. Nuestro país está en un décimo lugar, si bien de 1996 no hay datos de Bélgica, por ejemplo, donde todas las autopistas están iluminadas. Por detrás quedan Irlanda, Francia, Portugal y Grecia.
El Ministerio de Fomento dice que sólo en conservar sus carreteras invertirá el año próximo 91.910 millones de pesetas, casi un 10% más que este año. Sin embargo, la red viaria española -345.000 kilómetros- es mucho más amplia que lo que abarca Fomento -20.000-. De hecho, el último informe de la Asociación Española de la Carretera asegura que nuestra red necesita ahora una inversión de 408.932 millones de pesetas para alcanzar un nivel adecuado de conservación de firmes y señalización y que el mayor deterioro se percibe en las carreteras dependientes de las comunidades autónomas.
Mientras tanto, la DGT ya no sabe con qué nuevos mensajes bombardear al ciudadano para aumentar la precaución, pues se sabe que, por ejemplo, el alcohol está detrás del 50% de los accidentes. Ahora se baraja enviar a los infractores reincidentes a clases de reeducación vial. En Francia, los accidentados están dispuestos a asesorar a los que no respeten las normas. Quizá las cifras de este puente hablen de otros 50 muertos como el fin de semana pasado. Es el precio que la sociedad ha asumido por disfrutar de las ventajas del automóvil, tercia un experto.
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