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Michael McCallion publica un método para devolver la voz al cuerpo

El profesor de teatro británico presenta su libro en el teatro de La Abadía

Elsa Fernández-Santos

Para utilizar bien la voz hasta los pies son importantes. Michael McCallion (Londres, 1938) ha reunido en El libro de la voz (Urano) todos los conocimientos que ha acumulado durante años de trabajo. Profesor en la Real Academia de Arte Dramático de Gran Bretaña, para McCallion la voz y el cuerpo forman una unidad que el hombre sabe utilizar al nacer pero que con el tiempo pierde. "Las interferencias físicas y mentales nos hacen perder las cualidades de voz con las que nacemos", señala.

En su libro, McCallion (especializado en actores y oradores más que en cantantes) ilustra la pérdida del dominio de la voz con un ejemplo: el inagotable grito de un bebé cuando tiene hambre. Los bebés pueden estar horas y horas gritando sin que eso les afecte lo más mínimo. Su uso de la voz es perfecto. "Gritan con todo el cuerpo. El bebé es el grito, es parte de él. Un bebé puede chillar durante horas y no le dañará ni una sola cuerda vocal, su control es absoluto". Tal y como se espera, McCallion habla nítidamente, ni alto ni bajo, ni rápido ni lento. Vocaliza cada una de las sílabas que pronuncia en un perfecto inglés. El especialista, que fue actor de radio antes que profesor, ha llegado a España de la mano de su amigo y ex pupilo José Luis Gómez (director del teatro de La Abadía, donde el lunes se presentó el libro). "En el fondo este libro es de los dos porque fue él quien hace años me animó a reunir en un libro mi trabajo con los alumnos. El libro se editó, pero en Inglaterra, y hasta ahora no se había traducido al castellano". El actor español y él se conocieron hace 17 años en el Centro Dramático Nacional, donde McCallion dio varios cursos a actores españoles. Años despúes José Luis Gómez acudió al especialista británico para que le ayudara a preparar su voz para interpretar a Segismundo en La vida es sueño. Jose Luis Gómez volvió a llamarle para preparar su Hamlet. "Los actores españoles son cada vez mejores pero tienen la tendencia a generalizar las emociones, a darles demasiada fuerza sin cuidar el uso de las palabras".

McCallion separa tajantemente las voces del cine de las del teatro. "Vi a Dustin Hoffman interpretar un Shylock que no me gustó. Me senté en la parte de atrás del teatro y no se le oía, pero el problema no era sólo que no se le escuchara sino, sobre todo, que su voz no conectaba, no llenaba el teatro. Laurence Olivier, por hablar de otro indiscutible, era increible en teatro pero en cine uno era demasiado consciente de su perfecto uso de la voz. Pero quizá sea John Guielgud, que no tiene una voz particularmente buena, quien tiene el habla de mayor calidad. Su forma de hablar es de una belleza inigualable. Se nota que ha nacido en una familia de actores donde el habla se cuidaba a todas horas". Para McCallion el habla es un proceso energético en el que la sílaba es la unidad básica de dicha energía. Cada sílaba tiene su propia fuerza, sus cambios musculares. "El público necesita algo más que simplemente oír las palabras, quiere sentirse cómodo con el hecho de oír, y ser capaz de percibir hasta el más mínimo matiz sin tener que esforzarse. La voz tiene que llenar el espacio".

Políticos

Detractor absoluto del doblaje ("en España las voces del cine son como las de los anuncios de la televisión"), este profesor no considera un gran mérito la versatilidad vocal de una actriz como Meryl Streep. "Actuar es mucho más que la voz". Pero de todos los defectos, el peor es el de los que sólo se escuchan a sí mismos. "Es un defecto muy frecuente y quizá es el peor de todos. Cuando uno se dirige exclusivamente a su autoestima es imposible que nadie pueda escucharte. Casualmente es un defecto que se repite, y muchas veces, en los políticos, y he dado clases a más de uno".

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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