Sin riesgo para los consumidores
La enfermedad de las vacas locas, según coinciden fuentes de la Administración, no ha supuesto un riesgo para los consumidores españoles y tampoco existe ahora tras la escalada de los focos epidémicos detectados en Portugal.Desde 1996, tras el reconocimiento oficial en el ReinoUnido de que la enfermedad podría haber pasado del ganado bovino a la especie humana y la detección de los primeros casos anómalos en personas de encefalopatía espongiforme, España puso en marcha una disposición por la que se retiraban del consumo todas la vísceras nerviosas de la carne importada de países con ese problema.
En Portugal, al ser un país afectado, también se llevó a cabo esa práctica para evitar riesgos al consumidor por estimar que el origen de la enfermadad se hallaba más en esos subproductos que en la carne.
En consecuencia, la poca carne que se importaba cada año de Portugal no tenía esas vísceras nerviosas. Por otra parte, los problemas de la enfermedad de las vacas locas se desarrollan especialmente en los animales adultos, ganado que habitualmente no se importaba desde Portugal donde el grueso de las operaciones de exportación a España estaba referido a animales para su cría.
En relación a la posibilidad de que algunos animales, hubieran atravesado ilegalmente la frontera, fuentes del Ministerio de Agricultura señalan que nunca se puede descartar esa posibilidad, aunque haya controles rigurosos.
La Administración destaca que para el sacrificio en un matadero es preciso que el animal cuente con su guía correspondiente, dos crotales en las orejas y su pasaporte de identidad, algo difícil de obtener para un ejemplar que se encuentre en situación irregular.
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