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Reportaje:

'Vacas locas' en la frontera

El embargo de España a la carne bovina portuguesa provoca la irritación del país vecino

La epidemia de las vacas locas, que se detectó en el Reino Unido hace un par de años, ha sembrado de espino las fronteras españolas. En Portugal, los responsables veterinarios han detectado 65 casos de encefalopatía espongiforme bovina en lo que va de año, número que duplica los registrados en años anteriores y eleva a 159 la cifra total de dicha dolencia.De momento, la Administración española ha tomado la decisión de cerrar el paso a las importaciones de animales vivos y carne bovina procedentes del vecino país, pero existe el riesgo de que el trasiego ilegal o una vigilancia insuficiente hayan permitido que la enfermedad haya cruzado la frontera. Una posibilidad que el Ministerio de Agricultura considera improbable. "La situación está totalmente controlada", afirma Quintiliano Pérez Bonilla, director general de Ganadería.

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Sin riesgo para los consumidores

500 controles

Desde el ministerio se han dado instrucciones a los delegados del Gobierno en las zonas fronterizas de Galicia, Extremadura, Salamanca o Zamora para intensificar la vigilancia y evitar el trasiego de ganado. La Guardia Civil de Extremadura, por ejemplo, no ha detectado ningún tipo de irregularidad en los más de 500 controles que ha realizado al ganado procedente de Portugal, según informa Efe. La mayoría de los focos de la enfermedad de las vacas locas en Portugal ha sido detectada en las regiones del Minho, Tras os Montes y Beira Interior, todas ellas colindantes con las comunidades españolas de Galicia y Castilla y León.Los productores y comerciantes de carne del oeste de Portugal han amenazado con impedir las importaciones de carne española si la ministra de Agricultura, Loyola de Palacio, no levanta el embargo. Por su parte, la Orden de los Médicos Veterinarios de Portugal emitió un comunicado desafiando a la Comisión Europea a que "presente datos concretos de que la carne española tiene mejores condiciones que la portuguesa". "Resulta extraño que en España no aparezcan casos de animales con síntomas de encefalopatía espongiforme", declaró a Efe Antonio Cardoso, presidente de los veterinarios lusos. Por otro lado, el Sindicato de Veterinarios criticó a los dos últimos gobiernos lusos por haber "ocultado" la gravedad de la situación y "escondido" las llamadas de atención de la comunidad científica.

En el país vecino, la medida española es vista como una represalia por el cierre de fronteras decretado en el pasado de forma unilateral por el Gobierno luso (en contra del criterio de la Comisión Europea) ante la peste porcina española. El Gobierno portugués defiende que el embargo a la carne lusa sólo puede decretarse unilateralmente cuando trata de aislar enfermedades "altamente contagiosas", lo que, en su opinión, no es el caso de las vacas locas.

El miedo en el sector ganadero español es evidente. La asociación Asovac considera que el cierre de las fronteras es una medida desproporcionada que puede causar un temor injustificado entre los consumidores. Pero España no es una gran compradora de carne bovina o animales vivos portugueses. De las 530.000 toneladas de carne de vacuno que se consumieron en España durante 1997, solamente unas mil toneladas procedían de Portugal, entre productos frescos y congelados. A esa cifra hay que añadir la importación de unas 23.000 cabezas de animales, de las que 15.000 fueron para engorde y otras 8.000 como animales reproductores.

Este temor fue el que llevó al Consejo de Ministros de la UE a manifestar su apoyo a la decisión española de cerrar la frontera. Por ello, decidió enviar una segunda comisión de investigación a Portugal. La primera visitó ese país en el pasado mayo y detectó graves irregularidades en los controles sanitarios.

El comisario europeo de Agricultura, Franz Fischler, ha reconocido su "preocupación" por el tema. Los responsables de la UE no descartan imponer un embargo comunitario a la carne de vaca portuguesa si el Gobierno luso no adopta medidas más firmes para evitar la extensión del mal.

Situación "muy seria"

La comisaria Emma Bonino afirmó que la situación es "muy seria". El Gobierno de Lisboa anunció, tras la advertencia europea, una intensificación de las medidas, que puede incluir la prohibición total del consumo de harinas elaboradas con carnes y huesos de mamíferos en la alimentación animal. Desde la declaración oficial de la enfermedad de las vacas locas en el Reino Unido, en abril de 1996, la evolución de los focos ha ido decendiendo en todos los países afectados hasta el punto que la UE se está planteando levantar el embargo al bovino británico. En Portugal, sin embargo, la situación detectada por la UE es diferente. No sólo el número de focos ha ido en aumento, sino que no se observa un sistema de control eficaz y las medidas adoptadas se estiman inoperantes. Actualmente, Portugal ocupa el tercer puesto en la clasificación de países europeos con mayor número de casos de esta enfermedad, tras Reino Unido y Francia. Los expertos consideran que el espectacular desarrollo de los casos de vacas locas en Portugal se debe al modelo de alimentación que ha tenido parte de la cabaña bovina. El país vecino fue históricamente un fuerte importador de harinas de carne procedentes del Reino Unido.En España, donde no se han detectado casos de vacas locas, la situación guarda relación también con el modelo de alimentación utilizado para la ganadería, basado en cereales y materias primas importadas, como soja, maíz y derivados.

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