Por un voto
EL PLENO del Congreso rechazó ayer, por un solo voto de diferencia, tomar en consideración la proposición de ley presentada por los socialistas para ampliar la despenalización del aborto a un cuarto supuesto: la existencia de un conflicto legal, personal o social grave para la madre. El cambio de voto de algunos diputados nacionalistas que anteriormente habían apoyado esta reforma legal ha sido invocado para explicar el fracaso de una iniciativa que la izquierda de la Cámara creyó que podía ganar a la vista del empate registrado en un anterior intento, en febrero pasado. Sin embargo, ha sido sobre todo la oposición férrea del Partido Popular lo que ha determinado este desenlace.Es seguro que, si la dirección del PP hubiera dejado libertad de voto a sus diputados (y sobre todo diputadas), hubiera prosperado la iniciativa. Era una buena ocasión para poner a prueba el talante centrista de que habla Aznar. No hubiera sido razonable esperar que votaran a favor de la reforma, pero sí que no obstaculizaran la toma en consideración de la propuesta; y también que hubiera admitido, como las formaciones nacionalistas, libertad de voto. Eso habría hecho un partido "centrado, moderado e independiente", según la fórmula que en su día empleó Aznar. Pues, en este caso, ni moderado ni centrista, y tampoco independiente: ha prevalecido el deseo de no contrariar a la autoridad eclesiástica, lanzada estos días a una campaña tremebunda de culpabilización de las mujeres que recurren, no por gusto, al aborto.
El PP ha argumentado que se trata de un problema no prioritario, y que los supuestos de la ley de 1985 son suficientes. Sin embargo, la experiencia ha demostrado que la legislación actual no impide que todavía sean numerosos los abortos clandestinos y que los realizados al amparo de la norma estén rodeados de inseguridad jurídica: la derivada de la intervención de médicos o, en su caso, jueces contrarios al aborto por razones ideológicas. O de maridos despechados. Sólo se trata, por tanto, de un problema artificial para aquellas personas que pueden pagarse un viaje a Londres en caso necesario. Para miles de mujeres, la experiencia siempre traumática del aborto se ve agravada por la inseguridad de un marco legal que se ha quedado estrecho. Había un problema y no lo han solucionado.
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