El trabajo infantil y la Iniciativa 20/20

Agradezco la publicación del excelente editorial, del 20 de agosto, sobre el trabajo infantil y comparto las reflexiones que contiene. Sin embargo, su conclusión precisa de matizaciones.La Iniciativa 20/20 propuesta como solución para erradicar las causas del trabajo infantil, aunque útil se trata desgraciadamente de una condición necesaria, pero no suficiente. Consiste básicamente en un pacto entre países industrializados y en desarrollo, en virtud del cual los primeros se comprometieron a destinar a gastos de prioridad humana (abastecimiento de agua salubre, educación primaria para todos, acceso universal a los servicios básicos de salud, etcétera) por lo menos el 20% de su ayuda a los países en desarrollo, mientras estos últimos destinarán el 20% de su presupuesto nacional al mismo fin.

Esta propuesta resultaría revolucionaria y cambiaría mucho la situación de estos países, ya que actualmente el porcentaje de ayuda destinado a prioridades de desarrollo humano no supera el 7% de la ayuda actual, y la cantidad que los países más pobres dedican a tal fin se encuentran por debajo del 13%.

Pero en cualquier caso, ¿es esta iniciativa suficiente? No. Además ni siquiera refleja la capacidad actual de financiación del desarrollo, ya que podría hacerse muchísimo más; la riqueza mundial ha alcanzado niveles jamás conocidos en toda la historia de la humanidad. Sin embargo, la proporción de esa riqueza que los Gobiernos de los países industrializados otorgan a los países pobres para ayudarles es la más baja de los últimos 25 años: apenas el 0,22% del PIB de los países ricos.

Aunque siempre bienvenida, una mejora en la calidad de esta ayuda no bastaría, ya que el 20% de una cantidad que disminuye siempre va a resultar insuficiente. Es por ello que los países industrializados deben cumplir el compromiso, adoptado ya en el año 1970 en la Asamblea General de la ONU, de dedicar por lo menos el 0,7% de su PIB a Ayuda Oficial y Desarrollo ya que cada minuto que perdemos se añaden 47 personas a los 1.300 millones que viven en la más absoluta de las miserias y seremos también testigos de la muerte, cada tres segundos, de uno de nuestros hijos.- . Representante Regional y director de la Oficina Europea, Naciones Unidas. , Suiza.