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GUERRA AL TERRORISMO ISLÁMICO

Una multitud ocupa la Embajada de EEUU en la capital de Sudán en protesta contra el ataque

Afganistán y Sudán denunciaron anoche los ataques aéreos de Estados Unidos contra sus respectivos territorios, negaron las acusaciones de que sirven de base al terrorismo internacional e insistieron en que los misiles sólo alcanzaron objetivos inocentes. Fuentes extraoficiales cifraron en seis los muertos en Jartum, donde una multitud atacó esta madrugada la Embajada norteamericana. El integrista y millonario saudí Osama Bin Laden, refugiado en Afganistán y al que Washington responsabiliza de los atentados de Kenia y Tanzania, no se encontraba en el lugar del ataque.

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Una multitud airada tomó esta madrugada la Embajada de Estados Unidos en la capital sudanesa, que se encontraba vacía ya que había sido cerrada a raíz de los atentados de Kenia y Tanzania. La televisión estatal mostró imágenes en directo de la gente arrojando piedras contra el edificio, trepando por las puertas e intentando arriar la bandera norteamericana. La policía antidisturbios, por su parte, intentaba mantener+ alejados a los grupos que, en el mismo lugar del bombardeo, coreaban "Alahu Akbar" (Dios es el más grande), mientras los equipos de rescate procedían a sacar a los heridos. Fuentes oficiales reconcieron la existencia de siete heridos, tres de ellos muy graves, pero no hablaron de muertos. Un periodista local, sin embargo, aseguró a la cadena de televisión estadounidense CNN que había también seis víctimas mortales.

"Cuatro o cinco aviones de la fuerza aérea estadounidense bombardearon unas instalaciones industriales y médicas al norte de Jartum", declaró a EL PAÍS Salahidín al Sadeh, director general de la Radio Nacional de Sudán. Al Sadeh escuchó las explosiones desde sus oficinas en Omdurmán al noroeste de la capital sudanesa, informa Ángeles Espinosa. "Eran las ocho de la tarde [siete en Madrid, casi simultáneamente al anuncio de Clinton] y sentí miedo", reconoció Al Sadeh. "Condenamos este acto criminal", manifestó el ministro sudanés de Información, Gasi Salahudín. El Gobierno islámico, que hoy va a presentar una queja ante el Consejo de Seguridad de la ONU, aseguró que las instalaciones alcanzadas eran las de la fábrica de productos farmaceúticos Ashifa, de propiedad privada. Horas después del bombardeo, el edificio de cuatro pisos estaba aún en pie, pero la carretera que lleva al distrito de Bahri, a 20 kilómetros al norte del centro de la capital, estaba totalmente cubierat de cristales y metralla.Los restos del edificio aún estaban en llamas.

Por su parte, el jefe de los talibán, jeque Mohamed Omar, citado por la Agencia Islámica de Prensa (AIP) con base en Pakistán, acusó a EEUU de haber lanzado un ataque "desvergonzado" contra el pueblo afgano.

Bin Laden, a salvo

"No se trata sólo de un ataque contra Osama Bin Laden, sino de un ataque contra todo el pueblo de Afganistán", manifestó el jeque Omar, tras indicar que el exiliado saudí se encontraba en lugar seguro desde antes de los bombardeos. En Washington, el senador republicano John McCain, presidente de la comisión de Asuntos Militares del Senado, confirmó que Bin Laden no se encontraba allí. En Afganistán, la operación tenía como objetivo una supuesta base de Bin Laden a unos 160 kilómetros al sur de Kabul cerca de la frontera con Pakistán. El portavoz de los talibán, Abdulhai Mutmaen, aseguró que los aviones y misiles estadounidense no habían alcanzado sus objetivos. El líder libio, Muammar el Gaddafi, telefoneó de inmediato al presidente sudanés, Omar Hasan al Bachir, para expresarle su apoyo, según informó la televisión libia que, nada más conocerse la noticia, interrumpió su programación para conectar con la televisión de Sudán. También la agencia oficial de prensa siria anunció el bombardeo con rapidez, reproduciendo sin comentario el texto del anuncio oficial hecho en Jartum.

"Los bombardeos sobre Sudán y Afganistán pretender sacar brillo al blasón de Clinton y borrar las secuelas del caso Lewinsky", declaró un ministro libanés desde el anonimato. "Es también un mensaje a las otras potencias, en especial a la Unión Europea, para hacerles saber que no están empantanados en sus asuntos internos y que toman las decisiones que les parecen adecuadas en el momento que juzgan oportuno", añadió. La radio estatal de Irán también se apuntó a la idea de una maniobra para desviar la atención del caso Lewinsky.Pakistán, por su parte, dijo estr siguiendo la situación "para garantizar la seguridad de sus fronteras".

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