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TORMENTA MONETARIA EN RUSIA

La crisis financiera obliga al Gobierno ruso a aceptar que el rublo se devalúe más del 30%

Tras varias semanas de forcejeo con los mercados, el Gobierno ruso lanzó ayer la toalla y reconoció que el rublo no podía sostener el cambio oficial fijado hasta ahora por el Banco Central y fijó una nueva banda de fluctuación que recorta el valor de la moneda rusa en más del 30%. Asimismo, lanzó un nuevo mensaje de intranquilidad al sistema financiero internacional al anunciar la suspensión del pago de las deudas con el exterior durante los próximos tres mese. La reacción de la población no se hizo esperar, y en las principales casas de cambio de la ciudad de Moscú se agotaron los dólares. A pesar de ello, las bolsas recibieron las medidad con leves descensos.

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El Gobierno ruso, junto con el Banco Central, anunciaron ayer cambios drásticos en su política monetaria: de aquí a fin de año se permite una devaluación de más del 30% del rublo, se suspenden por tres meses los pagos de la deuda a los no residentes y se reestructura la deuda en bonos del Estado, que serán reconvertidos en nuevos valores. Las medidas de emergencia del Gabinete encabezado por Serguéi Kiriyenko cuentan con el apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y fueron acordadas el domingo con el presidente Borís Yeltsin, que ayer interrumpió sus vacaciones y regresó al Kremlin. La enorme presión ejercida sobre la moneda rusa en los últimos días hizo que el Gobierno dejara de resistirse ante lo inevitable y aceptara la posibilidad de devaluación del rublo, que espera poder controlar para evitar una caída brusca. A partir de ahora, ya no habrá una horquilla rígida diaria en la cotización del rublo, que flotará libremente en una nueva horquilla que regirá hasta fines de año y que será de entre 6 y 9,5 rublos por dólar. El máximo de la horquilla anterior era de 7,3 rublos por divisa estadounidense, lo que significa que, en comparación con este techo, la moneda rusa podrá alcanzar una devaluación del 30,1%, y del 51% si se la compara con el precio oficial del viernes. Para evitar que el rublo se desplome de la noche a la mañana, se aplicará una política de intereses atractivos para las inversiones en moneda nacional. La cotización oficial del rublo, que ayer fue de 6,43 por cada dólar, se hará a final del día.

La moratoria en el pago de la deuda a los no residentes se extiende también a los seguros de créditos bajo fianza de valores y a los contratos en divisas a plazo. Al mismo tiempo, se prohíbe a los no residentes invertir en valores en rublos que vencen en un año o menos. Kiriyenko subrayó que esta moratoria no debe interpretarse como una negativa del Gobierno a pagar su deuda, y recordó que las reglas del FMI permiten una suspensión de tres meses sin que esto viole las obligaciones contraídas.

El Gobierno y el Banco Central congelaron las operaciones con bonos del Estado a corto plazo que vencen antes del 31 de diciembre de 1999. Estos bonos serán reconvertidos en nuevos valores. Con el fin de reanimar el mercado financiero de valores, el Gobierno de Rusia introducirá valores a corto plazo, que vencen en una o dos semanas.

Las medidas son duras y bastante radicales. Pero son las adecuadas, señaló ayer el primer ministro Kiriyenko en conferencia de prensa. Su dureza, según explicaron el ministro de Hacienda, Mijaíl Zadórnov, y el presidente del Banco Central, Serguéi Dubinin, está dictada por el hecho de que últimamente los especuladores han comenzado a dominar el mercado financiero, poniendo en serio riesgo su estabilidad. El Estado ha tomado partido en beneficio de los ciudadanos rusos y de la industria nacional, aseguró Dubinin, y pretende poner fin a un periodo en el que uno de los mejores negocios en Rusia ha sido la especulación financiera.

Las medidas extraordinarias introducidas ayer cuentan con el respaldo del FMI, que en julio pasado aprobó, junto con otros organismos financieros, un supercrédito para Rusia. El FMI divulgó ayer en Londres una declaración especial al respecto, mientras, en Moscú, una delegación llegada urgentemente el domingo comenzaba las negociaciones con las autoridades rusas.

La delegación del FMI, encabezada por su número dos, John Odling-Smee, se reunió ayer con Anatoli Chubáis, el principal negociador de la deuda exterior rusa. El Fondo debe decidir si entregará en septiembre al Kremlin el segundo tramo del crédito especial de 1,7 billones de pesetas.

Entretanto, los bancos más importantes de Rusia decidieron ayer formar un pool para hacer frente conjuntamente a sus obligaciones.

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