La dieta influye más que la sal en la lucha contra la hipertensión
La disminución en el consumo de sal en la alimentación resulta menos importante para combatir la hipertensión que una dieta rica en minerales - incluido el calcio, el magnesio y el potasio presentes en frutas, verduras y productos lácteos-, según los datos de los últimos estudios epidemiológicos. Además, los beneficios de reducir la sal no están demostrados, aseguran la mayoría de unos 80 investigadores y médicos consultados por la revista Science, que concluye que la polémica sobre sal sí, sal no es una de las más largas, agrias y surrealistas de la historia de la medicina.El científico David McCarron recuerda que la sal forma parte de la dieta de todos los vertebrados y que sólo los seres humanos sufren de hipertensión. Las investigaciones más recientes, recuerda, subrayan la importancia de la dieta en general y no sólo de la sal, en los síntomas y tratamiento de la hipertensión.
En una evaluación de 56 ensayos de restricción de sodio en la dieta se ha encontrado que sólo los hipertensos de más de 45 años obtienen cierto beneficio de una dieta pobre en sodio y que este beneficio no está directamente relacionado con la cantidad de sal ingerida. En las personas con tensión normal no se produce ningún efecto. Se considera tensión normal la que está por debajo de 140 milímetros de mercurio de presión arterial máxima y 90 milímetros de mercurio de presión arterial mínima.
En otra evaluación de ensayos en los que se añadía calcio a la dieta se observó una pequeña disminución de la tensión tanto en los sujetos hipertensos como en los normales.
Como los fármacos
Los resultados de dos grandes ensayos sobre el tema en Estados Unidos han confirmado que las dietas pobres en sal producen un mínimo descenso (de 0,7 milímetros de mercurio) en la presión arterial máxima y ninguna variación en la presión arterial mínima y que una dieta rica en minerales y baja en grasa, (en forma de más fruta, más verdura y más productos lácteos bajos en grasa), sin variar el contenido de sal, hace que la tensión baje entre 5 y 6 milímetros en pacientes normales y hasta entre 11 y 12 milímetros en pacientes ligeramente hipertensos, algo que antes no se había logrado más que con fármacos antihipertensivos.Tanto los datos como la ciencia que hay detrás, afirma la revista, son mucho mejores que hace 20 años, cuando se empezaron a recomendar dietas pobres en sal, y estos avances han puesto en entredicho la hipótesis. "Esto sugiere que o bien ahora se ha desvelado el beneficio real, y éste es muy pequeño, o que es inexistente y los investigadores han sido engañados por otros factores, como la predisposición genética, la obesidad, la cantidad de ejercicio físico, y el consumo de alcohol, frutas y verduras, o productos lácteos", informa Gary Taubes en un exhaustivo informe, publicado en la revista.
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