La industria hotelera se adapta a las exigencias de los nuevos turistas procedentes de los países del Este
VIENE DE LA PÁGINA 1 Las inversiones realizadas en Calella están destinadas, según el presidente del Gremio de Hostelería y Turismo del Maresme, Manuel Vila, a ofrecer "mayor calidad y competencia", y quien las reclama es, principalmente, el turismo ruso, "que exige todas las comodidades posibles, incluyendo aire acondicionado en las habitaciones". Estos turistas acuden en familia, atraídos fundamentalmente por la playa y el sol, pero se apuntan con facilidad a programas de visitas culturales y se desplazan varios días a visitar ciudades. Barcelona es un destino obligado para estos visitantes, que admiran especialmente la extensa oferta comercial de esta ciudad. "El ruso paga un poco más, pero exige un servicio impecable", asegura Manuel Vila. Estos turistas llegan a España bien documentados sobre la cultura, las tradiciones y los monumentos del país. Muchos alquilan un coche y se desplazan a ciudades como Toledo o Madrid. Los turistas polacos y checos tienen, en general, menor poder adquisitivo. Su estancia media es de una semana y llegan en autobús. También ha aumentado en los últimos años el turismo británico. Catherine y su hija Mary llegaron a Calella el pasado fin de semana desde Escocia para pasar una semana de vacaciones. "Venir a España no es muy caro, teniendo en cuenta el sol y lo bonitas que son aquí las playas", aseguran estas dos turistas, nacidas en Sidney (Australia) pero residentes en Escocia. Ya han visitado Barcelona durante dos días y lo que más les ha gustado han sido las fuentes de Montjuïc, aunque aseguran que no se irán sin visitar la plaza de toros Monumental y sin pasear por La Rambla. "Las bebidas aquí son muy baratas", asegura algo sorprendida Mary, que ronda la treintena y lleva consigo un sinfín de mapas y folletos del Maresme y de Barcelona. El presidente del Gremio de Hostelería y Turismo no entiende por qué en las últimas semanas la Administración catalana ha aconsejado a los hoteleros de la zona que aprovechen la bonanza económica para reformar sus instalaciones. "Ya lo estamos haciendo", asegura Manuel Vila, quien afirma que la relación calidad-precio que ofrecen las 42.000 plazas hoteleras existentes entre Malgrat de Mar, Santa Susanna, Pineda de Mar, Calella, Sant Pol de Mar y Canet de Mar es "de las mejores de España".
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