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El Gobierno desarrolla planes de reciclaje para ocho tipos de residuos no industriales

El Gobierno vasco trabaja en implantar de forma regular el reciclaje de ocho tipos de residuos no industriales. Ahora, existe una gestión de recuperación consolidada en seis distintos residuos, casi todos ellos catalogados como domésticos. Según el departamento de Medio Ambiente del Ejecutivo, en la actualidad se tratan más de 755.000 toneladas de desechos domésticos, sanitarios y agrícolas cada año, lo que supone casi un kilo anual por habitante. Las previsiones de las autoridades apuntan a lograr el 35% de reciclaje en el año 2001 y reducir el vertido al 48%.

Los tres cuartos de millón de toneladas que se reciclan no incluyen los residuos industriales o comerciales, los procedentes de desguace del automóvil ni los generados por la construcción y demolición. "Los industriales son una línea separada, con multitud de residuos", argumenta el director de Calidad Ambiental del Gobierno, Tomás Epalza. Los datos se centran en los llamados residuos sólidos urbanos (RSU), que incluyen desde el papel, cartón, vidrio, pilas, radiografías hasta electrodomésticos, sanitarios o los neumáticos. El Ejecutivo pretende lograr en el plazo de tres años un cambio radical respecto a 1996, cuando se reciclaba el 3%, la incineración suponía el 4% y el vertido acaparaba el 93%. En sintonía con la estrategia definida por la Unión Europea, para el 2001 el reciclaje subiría al 35,5%, aparecería el compostaje con un 0,5%, la incineración alcanzaría el 15,5% y el vertido bajaría casi a la mitad, para quedarse en el 48,5%. Actualmente, Medio Ambiente dispone de seis planes de recogida selectiva y reciclaje: papel-cartón, vidrio, pilas, medicamentos, radiografías -todos ellos clasificados como desechos domésticos- y neumáticos fuera de uso. Entre ellos, los mejores resultados se consiguen con el vidrio y las pilas, con reciclajes cercanos al 40%. En el resto, el porcentaje baja a cifras entre el 16 y el 20%. Recogida en contenedores Estos proyectos son calificados por el Gobierno vasco como gestión consolidada y tienen en común el sistema de recogida: a través de contenedores en la calle -o en farmacias en el caso de los medicamentos y radiografías-, salvo los neumáticos, que se extraen de los talleres. La recuperación de las pilas es la que dispone de mayor número de contenedores, con un total de 4.205, lo que supone uno por cada 500 habitantes; en parecidos niveles se mueven el papel-cartón -3.753, uno por cada 525 habitantes- y el vidrio -3.456, uno por cada 617 habitantes-. Los otros ocho planes pendientes se refieren a la recuperación de envases ligeros, tóxicos del hogar, baterías, la denominada línea marrón (electrodomésticos), lámparas fluorescentes, sanitarios, vehículos fuera de uso y residuos agropecuarios no orgánicos, como plásticos, papel, baterías, aceite, etcétera. Su desarrollo es desigual: el más avanzado es el de los envases ligeros, que genera 116.248 toneladas anuales de las que ahora se reciclan casi 21.500, el 18,5%. Los desechos tóxicos del hogar, cuyo tratamiento se limita a una correcta gestión como residuos, generan 6.412 toneladas anuales y se encuentran en una fase más embrionaria tras dos experiencias piloto desarrolladas en 1995 en Vitoria y en 1996 en Bilbao. El reciclaje de baterías, cerca de 4.000 toneladas, se está implantando en toda la comunidad autónoma y ahora se tratan 192 toneladas anuales, casi el 5% del total. Los llamados residuos voluminosos, donde se engloban la línea marrón y los fluorescentes, se encuentra en diferentes fases. Mientras los primeros, con una producción de más de 4.600 toneladas anuales, están siendo recuperados en casi un 5%, los fluorescentes necesitan más tiempo y se está llevando a cabo una experiencia piloto en Getxo (Vizcaya). Los desechos sanitarios suponen cerca de 14.000 toneladas al año y su tratamiento está todavía en fase de implantación en las tres provincias vascas.Los residuos que originan los vehículos fuera de uso se tratan parcialmente: sólo en la parte metálica y algunas gomas del coche. Totalizan casi 33.000 toneladas y se recicla el 80%. Medio Ambiente estudia ahora la posibilidad de implantar un reciclaje integral. El tratamiento de la basura agropecuaria está pendiente de un mayor desarrollo. Para ello se está realizando una experiencia piloto en Álava -en la cuadrilla de Añana- con el objetivo de planificar la gestión.

Acero, fundiciones y escombros

En la industria los tipos de residuos se multiplican. Las actuaciones del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco más significativas se centran en la reutilización de los desechos del acero, los de las fundiciones y los escombros. En el primer caso, se trata del residuo inerte -no tóxico ni peligroso- de mayor volumen en el País Vasco: cada año se generan más de 750.000 toneladas de desechos de acero. La sociedad pública ambiental Ihobe ha ultimado un plan para reutilizarlos como sustituto de la grava en la construcción de carreteras y en la fabricación de hormigón y cemento. La primera actuación concreta se llevó a cabo en febrero pasado en el refuerzo del firme de la carretera guipuzcoana de Zizurkil a Andoain. Este año también se ha desarrollado un proyecto para la eliminación total de los residuos de la fundición férrea en Euskadi, que suponen más de 160.000 toneladas anuales. El plan, iniciado hace justo un año como experiencia piloto en seis fundiciones, basa la reducción de desechos en la reutilización, mejora de la organización y la construcción de plantas de regeneración. En el caso de las escombros, el objetivo es acabar con el descontrol de su vertido anual, que se estima en más de 200.000 toneladas. Desde 1998, el Gobierno vasco y la empresa Cementos Lemona, junto a cinco firmas inglesas y alemanes, trabajan en un proyecto europeo para reciclar los escombros de las construcciones. El plan pretende iniciar la reutilización de estos residuos como materia prima en la elaboración de cemento u hormigón a partir del año 2000.

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