Jeque Yasín: "Jamás aceptaremos la autoridad de Israel"

"El único objetivo es sacar a los ocupantes judíos de nuestras tierras". Así habla Ahmed Yasín, de 62 años, líder y fundador del partido integrista palestino Hamás, quien ya se encuentra de nuevo en su ciudad natal de Gaza para dirigir desde ella el movimiento islamista radical. Hamás es también el más firme enemigo de Israel y permanente detractor de Yasir Arafat. La principal fuerza de este hombre, inválido, prácticamente ciego y aquejado por una incipiente sordera, es su palabra.

"El único objetivo es sacar a los ocupantes judíos de nuestras tierras. No creemos que la paz vaya a devolvernos nuestros derechos. Los judíos cogen nuestras tierras. Para ellos es fácil. Pero nuestras tierras es nuestro derecho y nuestro derecho es nuestro Estado. La Autoridad Palestina [AP] se calla. Pero nosotros no lo aceptaremos nunca", afirmó con convicción Yasín, sentado en una silla de ruedas, en lo alto de un estrado, que seguidores y amigos han levantado en el centro del campo de deportes del barrio de Zeituni, uno de los suburbios más míseros de Gaza, a pocos metros de su casa.Yasín ha vivido los cuatro últimos meses un exilio involuntario en una decena de países musulmanes amigos, que le acogieron a la espera de que las autoridades israelíes levantaran el veto que le impedía regresar a Gaza. Este nuevo retorno recuerda al de finales de septiembre, cuando el mismo Yasín, mucho más cansado y fatigado que ahora, regresó a casa tras salir de una prisión de Israel, canjeado por dos agentes de los servicios secretos del Estado israelí detenidos en Jordania.

"Yasir Arafat sólo hace lo que se pactó en Oslo. Por eso nosotros no aceptaremos colaborar con la Autoridad Nacional Palestina. Sólo colaboraremos con Arafat en el Gobierno si cambia de objetivo y decide acabar con la presencia de los judíos en nuestro país", afirma con energía Yasin, rechazando así de plano la oferta de diálogo y de Gobierno recientemente sugerida por Arafat.

El discurso de Yasín parece haberse radicalizado, sin duda como respuesta a la represión que la AP ha venido ejerciendo contra Hamás desde hace un año, saldada con el cierre de más de una veintena de centros sociales islamistas en los territorios palestinos, el encarcelamiento de más de 300 dirigentes y militantes islámicos y el asesinato en marzo, mal disfrazado de atentado, del jefe militar de su brazo armado.

"Cuando vea a Arafat le voy a decir una cosa: la guerra no debe ser entre nosotros. Es entre nosotros y los judíos. Antes de irme de aquí vi a Arafat. Me prometió que liberaría a nuestros prisioneros. Pero no lo hizo, por la presión de EEUU e Israel. ¿Qué es entonces la AP? ¿Qué es si cuando tengo que salir de Gaza necesito un permiso de los judíos? Los tenemos que echar", repite tajantemente.