Paco Oliva: para renovar la ilusión de Málaga
En primer lugar quiero expresar mi satisfacción, como militante de base, por poder escribir este artículo para presentar al compañero Paco Oliva como el mejor candidato de mi partido para recuperar la alcaldía de Málaga. En raras ocasiones los militantes de base del PSOE hemos tenido la oportunidad de expresar públicamente nuestro parecer sobre las personas que nos representan o sobre quiénes eran los más capaces para ganar unas elecciones. Es obligado, por tanto, después de lo anterior, elogiar el sistema de elecciones primarias que mi partido ha puesto en marcha, primero para la elección de candidato a la presidencia del Gobierno y ahora para las alcaldías de las ciudades más importantes. Esta es la fiesta de los militantes, la fiesta democrática de las bases socialistas. Cuando empecé a escribir este artículo, lejos de rebuscar palabras, dejé que me surgieran las sensaciones que experimenté cuando conocí su intención de presentarse a las elecciones primarias del PSOE. En primer lugar pensé en su experiencia en los distintos puestos de responsabilidad pública en los que ha representado al Partido Socialista. En todos, ha dejado una importante estela de honestidad, capacidad de diálogo, constancia y eficacia; pensé sobre todo en su trayectoria como parlamentario europeo, y como consejero de Trabajo del primer Gobierno de Manuel Chaves. Desde estos puestos de importante responsabilidad, siempre encontró un hueco para su ciudad, para Málaga, realizando importantes acuerdos con numerosas instituciones malagueñas (Universidad, Ayuntamiento, Colegio de Abogados, Colegio de Aparejadores, etc.) y, sobre todo, viniendo a solucionar la tradicional carencia de formación profesional en la hostelería, con la creación de la Escuela de la Cónsula. Sin olvidar su experiencia de gobierno en la ciudad de Málaga, pues perteneció al primer gobierno municipal que tuvo al frente un alcalde socialista, que inició su mandato en el año 1979 con un gran acuerdo de los partidos de izquierdas. Su personalidad me despertó interés, su proyecto y su discurso han conseguido provocar mi ilusión de volver a tener un alcalde socialista al frente de la ciudad de Málaga. Ha renovado el interés de los militantes para seguir cambiando y mejorando nuestra ciudad, su convicción de que se presenta a estas elecciones primarias no para ser el jefe de la oposición municipal sino para ser alcalde de Málaga, ha calado profundamente entre los socialistas malagueños. Los 1.200 militantes anónimos que apoyamos su candidatura estamos compartiendo en estos días su apasionada preocupación por los problemas de Málaga, por la implicación municipal en la generación de riqueza y empleo estable para nuestra ciudad, por el desarrollo sostenible, por la Málaga confortable, por la Málaga del bienestar social y la solidaridad, por el pacto ciudadano y generacional entre el centro y las barriadas malagueñas, entre los jóvenes y los mayores que conviven, construyen y habitan nuestra ciudad. Hemos conocido su decidida apuesta por un "centro vivo", dinámico, joven y moderno, pero a su vez respetuoso con las mejores de nuestras tradiciones. Su apuesta por el AVE Córdoba-Málaga, por hacer de Málaga la ciudad de los museos, por recuperar el Palacio de la Aduana para los malagueños, por integrar el puerto en la ciudad, etc. Hemos comprobado su conocimiento de la realidad malagueña, y el conocimiento que de su persona tienen importantes sectores de nuestra ciudad, lo vemos capaz de ilusionar a los malagueños desde el consenso y el diálogo con los colectivos ciudadanos, con las asociaciones de vecinos, con el mundo de la cultura, esa cultura de izquierda y progresista tan olvidada por las instituciones municipales. En su larga trayectoria como militante, Paco Oliva ha sido capaz de defender siempre sus ideas políticas sin llegar a posiciones extremas ni a dogmatismos, con profundo respeto hacia los demás compañeros y hacia sus opiniones. Siempre antepuso la salvaguarda de la convivencia interna y la unidad del partido a cualquier otra consideración política, más o menos rentable a corto plazo. Ha sido el único candidato que ha enorgullecido a los compañeros, recordando la gran labor transformadora y modernizadora que llevamos a cabo los socialistas en la maltratada y difícil Málaga que recibimos en 1979. Estoy convencido de que la ilusión ha vuelto a renacer entre los socialistas. A partir del día 27 hay que dejar que siga creciendo.
Salvador Urbaneja Enríquez es militante de base del PSOE de Málaga.
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