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Reportaje:

La "llave" del sida para entrar en las células muestra una zona vulnerable

La estructura de la proteína gp120 hace pensar en nuevos medicamentos

Desde hace varios años, los investigadores se plantean preguntas sobre la estructura de una proteína presente en la superficie del virus del sida, la gp 120, que desempeña un papel fundamental en la infección de las células inmunitarias humanas. Varios equipos de investigadores estadounidenses han logrado desentrañar la estructura de esa proteían y han sacado a la luz una pequeña zona que puede ser común al conjunto de las cepas de este virus. Según la opinión de numerosos especialistas, este trabajo prometedor puede favorecer que se conciban nuevas terapéuticas medicamentosas y, tal vez, vacunas.La estructura molecular de la gp 120 ya había sido establecida hace tiempo, pero sólo se conocía el encadenamiento de los aminoácidos que la componen (estructura primaria). Sin embargo, este encadenamiento no explica por sí sólo la función que puede desarrollar una disposición proteínica de ese tipo. Para comprender esta estructura hay que conocer su configuración en el espacio (la llamada estructura tridimensional). Este elemento es tanto más indispensable cuanto que la gp 120 puede ser al mismo tiempo muy flexible en su conformación espacial y muy variable en su estructura primaria en función de las cepas del VIH1.

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De este modo, en los últimos años, cuanto más se perfeccionaban los conocimientos sobre la virología molecular, más aparecía la gp 120 como un objetivo fundamental para bloquear la destrucción por este virus de las células inmunológicas humanas en las personas infectadas o incluso prevenir mediante una vacuna los efectos patógenos de una futura infección vírica.

Cristalografía

Gracias a las técnicas de cristalografía, los investigadores estadounidenses han podido descubrir una parte de los misterios de la estructura tridimensional de la gp 120. Sus resultados, publicados en Nature, sólo pudieron obtenerse al reunir grandes cantidades de esta proteína. Estos mismos investigadores explican en Science que, gracias a este preciado material, pudieron identificar una región muy localizada (formada sólo por unos cuantos aminoácidos) que se encuentra en la base de la penetración del VIH1 en los linfocitos humanos. Un punto esencial es que esta región está altamente conservada. En otras palabras, está presente y aparentemente funcional, sean cuales sean las cepas salvajes (diferentes de las llamadas de laboratorio) de VIH1 existentes en el mundo.Los resultados obtenidos aportan una nueva visión sobre todo lo que se sabía de la dinámica molecular que permite la contaminación por el VIH de las células inmunes humanas. Esquemáticamente, parece que la fijación de la gp 120 en el receptor CD4 de las células provoca profundas modificaciones en la configuración de la proteína vírica. Estas últimas propician una interacción diferente, indispensable para la contaminación, que se produce entre una región de la gp 120 (el denominado eslabón V3) y un correceptor igualmente presente en la superficie celular. Durante estos complejos procesos -y éste es el punto fundamental-, los investigadores estadounidenses pudieron localizar una zona muy reducida, de unos cuantos aminoácidos, hasta entonces sin identificar. Y este fenómeno abre nuevas posibilidades para llevar a cabo acciones terapéuticas o preventivas.

"Diferentes indicios de tipo experimental nos permitían pensar que esta zona existía y que en el futuro podíamos actuar a ese nivel", declaró el experto francés Jean-Paul Levy, director de la Agencia Nacional Francesa de Investigación sobre el Sida. "Los resultados publicados ahora son el fruto de un trabajo científico magnífico que nos permite comprender mejor los mecanismos moleculares que son origen de la infección humana por el virus del sida. Para utilizar una metáfora, se puede decir que hoy se pone en evidencia un posible defecto en la coraza del VIH. Aunque este defecto sea muy pequeño en el espacio y en el tiempo, a partir de ahora abre la vía para diferentes ejes de investigación sobre fármacos y vacunas".

Nuevos medicamentos

"Se trata de un trabajo espléndido, pese a que no pueda afirmarse que a corto plazo se traducirá en avances concretos", añade el especialista francés Francis Barin (del Hospital Clínico de Tours). "Estos resultados se derivan de los avances debidos a la cristalografía, técnica a la que se deben los progresos realizados en el ámbito de los inhibidores de las proteasas. Obtener la estructura en el espacio de algunas proteínas permite superar toda una serie de dificultades debidas a las cargas eléctricas y electrostáticas, y ofrece de esta forma la posibilidad de realizar modelos de nuevas moléculas activas".Los especialistas en estas cuestiones consideran por lo general que, en principio, este avance puede resultar mucho más fructífero en el campo de la farmacología que en el de las vacunas. De este modo, tras poner a punto moléculas inhibidoras de las proteasas (que en las asociaciones antirretrovirales permitieron en los últimos años avances terapéuticos reales) podemos ver aparecer nuevos medicamentos "diseñados" a partir de estos prometedores resultados.

© Le Monde

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