Una herencia en discordia
Los ingentes diarios de Jack Kerouac se habían guardado bajo llave en su pueblo natal de Lowell (Massachusetts) con la instrucción de que no fueran divulgados hasta la muerte de su tercera esposa, Stella Sampas, que ocurrió en 1990. Pero desde entonces la herencia del escritor ha sido objeto de una larga polémica que enfrenta a los herederos de su madre, los herederos de su hija y un biógrafo, cada uno de los cuales cree tener derecho a un imperio de diez millones de dólares (más de 1.500 millones de pesetas) en diarios, cartas, trabajos inéditos y derechos derivados de su docena de novelas publicadas.Jan Kerouac, hija del segundo matrimonio del escritor, denunció antes de morir en 1996 que la herencia de su padre había sido falsificada para excluirla a ella. Ahora su viudo y su hermanastro se han aliado con el escritor Gerald Nicosia contra los herederos de Stella Sampas, a quienes acusan de estar vendiendo con cuentagotas el gran legado de Jack Kerouac para exprimirle los máximios beneficios.
Babelia
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