Muñecas "made in" casa

La economía sumergida en el sector del juguete, y en concreto en la fabricación de muñecas, emplea a un número indeterminado de personas en las localidades de Ibi, Onil y Castalla, en la comarca de L"Alcoià. Como en toda actividad clandestina, las mujeres y los jóvenes componen el grueso de sus trabajadores. En la provincia de Alicante hay reconocidas 42 empresas que se dedican a la fabricación de muñecas, y que dan trabajo legalmente a 2.000 personas. Actividades tan necesarias como pintar los ojos de estos juguetes o unir la cabeza al cuerpo se desarrollan en casas particulares. Francisco Molina, responsable de CCOO en L"Alcoià, ha planteado a la asociación de empresarios de Ibi la posibilidad de crear unos talleres denominados flexibles donde los fabricantes puedan desviar los trabajos que descentralizan. Estos trabajos son, principalmente, los que requieren una gran cantidad de mano de obra, ya que para el resto de procesos el sector cuenta con un tecnología muy sofisticada. "De esta forma", plantea Molina, "tendrían la seguridad de que sus productos cumplen las normas que le exigen las disposiciones europeas, y no se jugaría con los precios a la baja". Los sindicatos, además, aseguran con esta oedenación del trabajo se acabaría con la competencia desleal que los ilegales crean a los que están debidamente constituidos. Según los datos que maneja la UGT, entre el 10 y el 15% de los beneficios que genera la fabricación de la muñecas valencianas procede de la economía sumergida. En un prinicipio el trabajo se desviaba principalmente a los domicilios, aunque según denuncia este sindicato cada vez existen más talleres que son 100% clandestinos. Según datos facilitados por el IVEX, las empresas jugueteras de la zona exportaron el año pasado por valor de 33.835 millones de pesetas. Los sindicatos reconocen que los niveles de clandestinaje que registra la producción del resto de juguetes son inferiores a los detectados en la fabricación de muñecas.