Vargas Llosa describe Londres como el mejor lugar para escribir ficción

Distendido y con pinceladas de humor, Mario Vargas Llosa recurrió ayer a su «más creativo inglés peruano» para agradecer su doctorado honoris causa en literatura inglesa del University College of London. «Corremos todos el riesgo de obtener velozmente un grado en spanglish», bromeó el escritor ante un auditorio de augustas figuras de la ciencia, la economía y las letras en el acto culminante del año en la antigua institución londinense.

La entrega de los títulos honoríficos brindó a Vargas Llosa oportunidad para rememorar su antigua asociación con la capital británica. «Estoy particularmente contento por recibir esta distinción en Londres, donde intermitentemente he pasado buena parte de los últimos treinta años, desde los días en que viví en Kangaroo Valley como aspirante a escritor hasta estos días, cuando la ciudad me sigue dando refugio de las locuras del mundo hispanohablante, del que amo escribir pero ante el cual sucumbiría si no fuera capaz de alejarme de vez en cuando», dijo.Su discurso fue breve como el respiro que brindó la misma lluvia que estropeó los planes de realizar la ceremonia en los verdes predios del UCL pero no afectó la solemnidad del acto, trasladado al oscuro auditorio principal. Hasta allí llegó discretamente una nota de felicitación firmada por Carlos Fuentes. Frente a escritores de la talla de Guillermo Cabrera Infante, y editores europeos, Vargas Llosa reveló algo que a casi todos pareció una confesión : Londres fue la mejor atalaya para su estudio literario del continente latinoamericano. «En la docta atmósfera de la biblioteca del Museo Británico y la animada vida cultural de Londres con sus teatros, galerías de arte, librerías y salas de conferencias pude pergeñar mis propias ficciones de mucha mejor forma que si hubiera estado inmerso en el mare mágnum latinoamericano y pude encontrar la clase de estímulo intelectual necesario para todo escritor», afirmó.

Salud física y mental

Si la prestigiosa universidad londinense rendía homenaje a Vargas Llosa, el escritor peruano nacionalizado español transformó esa ceremonia en un trámite de reconocimiento mutuo. «En los parques en los que frecuentemente hago jogging encontré tanto la salud física como mental», afirmó para luego agregar con una sonrisa: «Toquemos madera». «Y en la rutina de la vida diaria londinense encontré una buena confirmación de mis creencias. Porque, pese a que Londres ha cambiado mucho en estos años, los valores que hicieron para mí atractiva la ciudad desde el primer momento se han mantenido y estoy convencido de que continuarán vivos en el futuro. Valores como el sentido común, el respeto a los demás, la democracia, la libertad y la civilización... pese a los hooligans del fútbol», dijo.Hablando en nombre de los tres galardonados -los otros dos fueron el profesor norteamericano Robert F. Furchgott, fisiólogo y farmacéutico de contribución reconocida en ciencia cardiovascular, y el profesor irlandés William M. Gorman, uno de los más notables estudiosos de la teoría económica del consumismo-, Vargas Llosa resaltó el interés encontrado desde los años sesenta en las universidades británicas por los estudios latinoamericanos.