Una cita imprescindible

«La Feria del Libro de Madrid es un hecho muy notorio que viene bien a todo el mundo», resumió Carlos Pascual, de la librería Marcial Pons. Como el veterano editor Julio Ollero, ve con mucha distancia la guerra de los grandes. Ambos opinan que la verdadera competividad está en el trabajo bien hecho. La Marcial Pons, una librería especializada y muy peleona, celebra este año su 50º aniversario y lo ha hecho con la inauguración en Barcelona, el pasado abril, de Llibres Jurídics, con una superficie de 580 metros cuadrados. En el corazón del Eixample, muy cerca de La Pedrera, «representa la síntesis de la ilusión y el empeño empresarial de Marcial Pons». Ollero, un corredor de fondo que empezó a colaborar con el mundo editorial a los 15 años, ha vuelto por sus fueros con Ollero & Ramos. Empezó con El dueño del secreto , de Antonio Muñoz Molina, y Territorio comanche , de Arturo Pérez-Reverte, y ahora acaba de recuperar la colección Textos Tímidos, que se vio obligado a suspender hace más de una década.Este fin de semana ha surgido, en la guerra de las listas que enfrenta a libreros y dirección de la Feria, un tercer grupo que intenta poner paz. «Se ha producido una excesiva competencia entre los que firman y los que no. La Feria era una cofradía de autores y editores y debemos evitar esta radicalización de las posturas», señaló Antonio López Lamadrid, de Tusquets. De la misma opinión es Juan Cruz, de Alfaguara: «Para nosotros, es un encuentro entre autores y lectores y esta batalla puede acabar con su atractivo. Entre todos vamos a convertirla en un combate de boxeo. Yo aconsejaría a los autores que no firman que no fueran, así se ahorrarían el mal trago». En ese empeño de reunir a autores y a lectores, Cruz ha sido uno de los grandes usuarios del Pabellón Multiusos: empezó con Carlos Fuentes, Eliseo Alberto y Sergio Ramírez, y ha acabado con un debate entre Eduardo Haro Tecglen y Francisco Umbral.

Enrique de Hériz también está en contra de la firmitis. «Nos vemos obligados a traer a autores que, aunque sean excelentes, no firman porque de lo contrario parece que los escondamos. Hay que escapar de eso como sea».

Una Feria espléndida

El propio director de la Feria, Jesús García Bayón, comentó el viernes que, finalizado el evento, la organización está dispuesta a negociar un mejor sistema de listas. Todos están de acuerdo en que los árboles no pueden ocultar el bosque: la Feria es una cita imprescindible. «Estoy encantado y nos está yendo muy bien. Es una ocasión única en España y lo que más me gusta es que se trata de una feria popular a la que va gente de toda edad y condición. Es fundamental para la política cultural», afirmó el director de Planeta, Oleguer Sarsanedas. «Gala es nuestro hombre en la Feria y a Terenci le va muy bien». El editor Víctor Freixanes tampoco ocultó su satisfacción de los últimos días: «Estamos contentísimos. En el caso de Alianza, hemos vendido el 20% más que en 1997. Los libros de bolsillo funcionan de maravilla». «Desde 1969, he venido todos los años sin faltar uno. Es una kermesse estupenda. Vemos a autores, a amigos, a otros editores. Me lo paso muy bien», añadió Jorge Herralde, de Anagrama, y Antonio López Lamadrid, de Tusquets, la calificó, en este sentido, de espléndida. Además, tiene a La identidad, de Milan Kundera, en las dos listas de ventas.Julio Ollero no tine ningún libro entre los más vendidos, pero su colección de Textos Tímidos (mucha calidad a 395 pesetas) es una de las buenas noticias de junio. Se interrumpió en 1987 tras haber sacado 15 libros del calibre de Presencia y otros cuentos, de Juan Carlos Onetti, El verano feliz de la señora Forbes o Preparativos de boda, de Juan García Hortelano. «Lo hicimos con mucho esfuerzo, incluso desde el punto de vista técnico. Ahora hemos sacado 10 títulos; el primero tenía que haber sido el número 16: La colina de los sacrificios, de Muñoz Molina». Más: Sobre cuadros, libros y héroes, de Pérez-Reverte; Tres historias verdaderas, de Julio Llamazares; A través de las ondas, de Soledad Puértolas; y Esto es todo, de Marguerite Duras, entre otros. «En la aventura me acompaña Plaza & Janés, que es responsable en un 60%».

«No sé si la librería tiene garantía de supervivencia a medio o largo plazo, pero nosotros estamos obligados a creerlo», explicó Carlos Pascual. La trayectoria de Marcial Pons suma los esfuerzos de toda una familia y aunque se ha producido el relevo generacional, Marcial Pons Abejer, de 83 años, que la fundó hace 50, aún está en activo. Tiene ahora tres tres casas en Madrid: Libros Jurídicos, (550 metros cuadrados), inaugurada en 1962, reúne unos más que considerables fondos de textos de Derecho y, además, importa y exporta libros; Humanidades (500 metros cuadrados), abierta en 1970, está dedicada preferentemente a los libros de historia; Economía y Empresa (435 metros cuadrados), creada en 1990, funciona como una librería especializada en todos los aspectos; a ellas se suma la de Barcelona. El secreto de una buena librería está en la profesionalidad. «El librero tiene que tener un sentido anticipado de lo que van a pedirle, tiene que tener el libro y ofrecerlo», dijo Pascual.