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Reportaje:

Los científicos combatirán mejor la tuberculosis al conocerse ya los 4.000 genes de la bacteria

La enfermedad, que está resurgiendo, causa tres millones de muertes anuales

La secuencia completa de los genes de uno de los mayores enemigos de la humanidad, la bacteria de la tuberculosis, se conoce ya en su totalidad y se publica oficialmente hoy. Este conocimiento permitirá previsiblemente identificar sus puntos débiles para llegar a tratamientos más eficaces que los actuales. La enfermedad causa tres millones de muertes anuales y ha resurgido, a pesar de las vacunas y los tratamientos existentes, sobre todo por su asociación con el sida y por la aparición de cepas resistentes a los antibióticos utilizados habitualmente.

Todos y cada uno de los 4.000 genes del famoso bacilo de Koch, la Mycobacterium tuberculosis se publican hoy en la revista Nature. La terminación del proyecto fue anunciada hace seis meses por sus directores, científicos del Instituto Pasteur (Francia) y de la Wellcome Trust (Reino Unido) pero los datos, revisados y comprobados, no se habían publicado todavía. Darán a los científicos nuevas armas para diseñar estrategias de defensa frente al microorganismo que mató a tantos personajes famosos en el siglo XIX.La bacteria de la tuberculosis causa más muertes que cualquier otro microorganismo patógeno, a pesar de las vacunas y los tratamientos existentes. En los últimos años, la emergencia de cepas resistentes a los antibióticos y su sinergia con el virus del sida han llevado a la tuberculosis a los primeros puestos de las preocupaciones sanitarias del siglo XX.

Emergencia

En 1993, la Organización Mundial de la Salud declaró a la tuberculosis "emergencia global". Esto subraya la urgencia del trabajo para secuenciar el genoma completo de la bacteria, que ahora han logrado los científicos dirigidos por Stewart T. Cole y B.G. Barrell. Es, en sí mismo, un gran logro ya que el genoma contiene unos 4.000 genes en la cadena de casi cuatro millones y medio de pares de nucleótidos que forma su ADN y, entre los genomas bacterianos secuenciados hasta el momento, sólo le supera en tamaño el genoma de la Escherichia coli, la bacteria que causa desórdenes intestinales.El genoma dirige la producción de todas las enzimas proteicas que la bacteria necesita para sobrevivir. El conocimiento de estas proteínas hará más fácil para los investigadores desarrollar medicamentos para bloquear la acción de determinadas proteínas. preferentemente algunas que se encuentran únicamente en las bacterias y no en el húesped.

Particularmente interesantes son las numerosas enzimas que la bacteria utiliza para sintetizar y descomponer los lípidos. Como todas las bacterias de su tipo, la M. tuberculosis tiene una gruesa pared celular pero dispone además de una barrera rica en grasa que le defiende de ataques externos. Muchas de estas grasas no son usuales y son sintetizadas por la bacteria mediante vías originales, cuya comprensión permitirá probablemente diseñar nuevos medicamentos que permitan llegar al interior celular.

La bacteria es un microorganismo difícil de matar porque puede esconderse, en estado latente, en muchos tejidos durante años, a la espera de su oportunidad para atacar, como puede ser una bajada de defensas por otra infección como el sida

Tratamientos largos

La bajísima velocidad de división celular de la bacteria (una vez cada 24 horas) lleva a que los tratamientos tengan que ser muy largos y a que muchos pacientes no los cumplan bien. Eso hace que las bacterias desarrollen resistencia a los mismos antibióticos que deben atacarla, debido a que se encuentran expuestas continuamente a éstos en bajas dosis. Sin embargo, las cepas de la bacteria varían muy poco de una a otra, lo que quiere decir que comparten la mayor parte de los genes. La cepa cuyo genoma se ha secuenciado ahora es la más común. Se supone que la humanidad no se vio afectada por la enfermedad hasta que empezó a criar ganado y contrajo, tras su mutación, la bacteria de la tuberculosis bovina.El genoma revela también que hay dos familias de proteínas, hasta ahora desconocidas, con una estructura repetitiva, que pueden representar el método de la bacteria para evitar las defensas de la persona.Ahora empieza una búsqueda intensiva de las claves para diseñar nuevos agentes terapéuticos.

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