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Pujol conmina al Gobierno del PP a no criticar la política lingüística de CiU

En tono de gran indignación, Jordi Pujol consideró ayer que las críticas lanzadas el sábado en Barcelona por el vicepresidente Rodrigo Rato contra la aprobación de la ley del catalán son una "deslealtad" y "una irresponsabilidad". El presidente calificó de "estupideces" las palabras de Rato y le conminó a que se ocupe de la economía en vez de meterse en la política interna catalana. Los acuerdos entre José María Aznar y Pujol para la estabilidad del Gobierno español incluían la neutralidad de este último en materias como la política lingüística de los nacionalistas.

En su discurso ante las 700 personas que asistieron al II Aplec de Convergència Democràtica (CDC) de la provincia de Girona, celebrado en Pals (Baix Empordà), Pujol criticó agriamente que Rato "en lugar de hablar de economía, que es lo que le toca, y de decir qué tenemos que hacer con el presupuesto del año que viene, va y empieza a hacer política. Y no sabe hacer política, no es lo suyo". Pero después pasó de la crítica a sentenciar lo que debe hacer: "Y en todo caso, no le toca". Pujol recomendó al vicepresidente económico del Gobierno que se ocupe del déficit y de los tipos de interés. "Pero de esto de la Cataluña plural que no hable", especificó, "porque demuestra una absoluta ignorancia y una falta de respeto". El presidente recordó que si Rato puede aplicar la política económica que tanto aprecia, es gracias al apoyo de CiU. Se quejó de que el vicepresidente lo olvide y cuando va a Cataluña "le parezca que tenga que hacer de pequeño político de esquina e ir diciendo tonterías". "Lo que tiene que hacer Rato", sentenció, "es entenderse con nosotros para hacer política económica de verdad, no para decir estupideces en Cataluña, como decir que la ley del catalán no era necesaria. Pero ¿qué se ha creído?", informa Gerard Bagué. Serra: "Es una comedia" Pese a la dureza de las palabras de Pujol contra Rato, el primer secretario del PSC -el principal partido de la oposición al Gobierno catalán-, Narcís Serra, calificó de "comedia" las discrepancias entre los conservadores y los nacionalistas catalanes. Los socialistas creen que CiU y el PP escenifican una apariencia de confrontación para contentar a sus respectivos electorados. Y especialmente, dijo Serra, cuando piensan más en la fecha de las próximas elecciones autonómicas que en ninguna otra cosa. Serra recriminó que CiU esté pendiente de sus intereses electorales "en vez de estar trabajando para resolver los problemas de los servicios que no funcionan en la enseñanza y la sanidad". El dirigente socialista, que participó en una fiesta de su partido en Ullastrell (Vallès Occidental), aseguró que los ciudadanos están hartos de oír hablar de elecciones y de promesas de futuro mientras el Gobierno de CiU "no se pronuncia sobre infraestructuras como la tercera pista del aeropuerto de El Prat o el cuarto cinturón de ronda". Serra sostuvo que las elecciones al Parlament deberían celebrarse en noviembre de 1999, que es cuando corresponde, y acusó a Pujol de pretender adelantarlas sin razones políticas que lo justifiquen. "Pujol quiere hacer las elecciones cuando le convenga a él como persona", dijo. "Por eso Molins pide ahora a CiU que ponga fecha de una vez, porque no sabe cómo enfocar su campaña para las elecciones municipales", añadió, informa Miguel Ángel Luque. A la misma hora en que Pujol lanzaba su diatriba contra Rato, el secretario de organización de CDC, Felip Puig, descartaba en Tarragona que su partido se plantee romper a medio plazo el pacto de gobernabilidad con el PP y manifestaba que su voluntad es, al menos, apoyar los presupuestos generales del Estado para el próximo año. Puig enumeró una serie de condicionantes, el principal de los cuales es la realización de una serie de infraestructuras en Cataluña, y dejó para último término la actitud que el PP adopte en el Parlament. Felip Puig puso tres condiciones para que CiU mantenga el pacto con los conservadores. La primera es que se cumplan los compromisos adquiridos por el Gobierno central, sobre todo en materia de inversiones en Cataluña. En segundo término, señaló el mantenimiento de la estabilidad y del ritmo político. Y en último lugar, Puig se refirió al papel del PP en la Cámara legislativa catalana. "Si el PP de Cataluña sigue efectuando sólo algunas salidas de tono, alguna declaración de cara a la galería, pero sigue haciendo lo mismo, o sea, no condicionar excesivamente al Gobierno de CiU, no habrá problemas", dijo, informa Josep Garriga.

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