Valente gana el Reina Sofía de poesía por su búsqueda de la palabra exacta

José Ángel Valente, poeta del conocimiento, obtuvo ayer el VII Premio de Poesía Iberoamericana Reina Sofía, dotado con seis millones de pesetas, que conceden el Patrimonio Nacional y la Universidad de Salamanca. El poeta gallego (Ourense, 1929), afincado en Almería, fue distinguido por la mayoría de un jurado de 17 personas, que destacó su contribución «a la poesía en español y gallego» y valoró su rigor constructivo y su exigencia verbal: «Valente ve la poesía como una forma de sabiduría a través de la palabra exacta». El poeta conoció la noticia en un hospital de Almería, donde fue operado ayer de cataratas.

El ganador se encontraba ayer ingresado en el Hospital Virgen del Mar de Almería. La centralita de la clínica informó de que Valente tenía el teléfono desconectado y no podía recibir llamadas.El fallo del jurado fue anunciado por Darío Villanueva, rector de la Universidad de Santiago, en la que el poeta inició sus estudios universitarios. Villanueva recordó la reciente publicación de la antología El fulgor (Círculo de Lectores / Galaxia Gutenberg) , título tomado de un libro suyo de 1984, y la calificó como «una obra fundamental para entender la evolución de la poesía española contemporánea».

Poeta y ensayista de hondo alcance ético y filosófico, hombre apátrida y polémico, admirador de San Juan de la Cruz, escritor místico y metafísico, Valente inició su producción poética con A modo de esperanza (Premio Adonais en 1955), un libro que, como los dos o tres siguientes, no evitaba la tendencia realista que imperaba en esa época. Pero, como destaca el acta del jurado, Valente se distinguió siempre del resto de su generación por su peculiar sentido de la exigencia verbal y por un rigor constructivo a veces lapidario, pero sobre todo por su concepción de la misión poética, no como un medio de comunicación sino como una «empresa de conocimiento».

Su valía intelectual fue ampliamente destacada por los miembros del jurado que comparecieron en el Palacio Real ante los periodistas, haciendo olvidar que los pronósticos previos señalaban a Rafael Alberti como vencedor de un premio (destinado a reconocer el conjunto de la obra poética de un autor vivo) que se fallaba el mismo día y casi a la misma hora en que los Reyes visitaban al autor de Marinero en tierra en su casa de El Puerto de Santa María.

De hecho, algunos participantes en la reunión del jurado mostraron sorpresa por el descarte de Alberti. Al conocer su candidatura -presentada por Carlos Fuentes-, alguien objetó que el último poeta vivo del 27 no debía concurrir porque se encuentra «por encima del bien y del mal», pero tras una breve discusión Alberti entró en la primera votación y fue uno de los cinco nombres elegidos entre los 93 propuestos.

En esa votación fueron seleccionados, además, Valente, Pablo García Baena, Francisco Brines y Pere Gimferrer. Antes de votar de nuevo, Camilo José Cela propuso que se concediera a Alberti un premio extraordinario. El presidente del jurado -el duque de San Carlos, responsable de Patrimonio Nacional- decidió posponer esa decisión, así que Alberti entró en una nueva votación y quedó eliminado por un voto: Gimferrer obtuvo 7; Alberti logró 10; Brines y García Baena, 11; y Valente, 12. En la final, con los tres más votados en liza, el autor de El inocente logró la mayoría absoluta (12 votos) y el jurado decidió por unanimidad proponer a los organizadores el reconocimiento especial al poeta gaditano.

Los responsables del premio dijeron que harán lo posible para que Alberti reciba, como Valente, los seis millones de pesetas con que está dotado el Reina Sofía.

En anteriores ediciones, el premio fue para Gonzalo Rojas, Claudio Rodríguez, Joao Cabral de Melo Neto, José Hierro, Ángel González y Álvaro Mutis. Además de los citados, en el jurado estaban Fernando Lázaro Carreter, Álvaro Mutis, José Saramago, Augusto Monterroso, Ignacio Berdugo, Luis Alberto de Cuenca, Miguel García- Posada, el marqués de Tamarón, José Miguel Santiago, Elsa Cross, Isabel Criado, César Real e Ignacio Chaves.