Se suicida el empresario argentino Yabrán, implicado en el "caso Cabezas"
El empresario Alfredo Yabrán, de 53 años, implicado en el asesinato del periodista José Luis Cabezas y que permanecía prófugo de la justicia argentina desde el pasado viernes, se suicidó ayer, poco después del mediodía, en una finca de su propiedad en la zona situada entre las ciudades de Gualeguachú y Concepción del Uruguay, en la provincia de Entre Ríos, al norte de Buenos Aires.
Nada más conocerse la noticia, el presidente argentino, Carlos Menem, que ha negado su supuesta amistad con el magnate, convocó a varios miembros del Gobierno a una reunión urgenten en su residencia oficial.Yabrán, considerado uno de los hombres más poderosos del país, se disparó un balazo en la boca cuando una comisión policial se acercaba a la casa para registrarla. Los agentes tenían una orden de captura firmada por el juez de instrucción, José Luis Macchi, encargado de la investigación del crimen del reportero gráfico José Luis Cabezas, en el balneario de Pinamar, la madrugada del 24 de marzo de 1997. El fotógrafo fue asesinado de dos balazos en la cabeza y su cadáver apareció incinerado dentro de su coche, en un campo de las afueras de Pinamar.
El suicidio de Yabrán se produjo entre las doce del mediodía y la una de la tarde, cuando el empresario advirtió que la comisión policial, que llegaba allí guiada por agentes del servicio secreto , se acercaba a la casa. Según los primeros testigos, Yabrán se disparó un balazo en la boca y desde fuera de la casa se oyeron gritos: «¡No, Alfredo, no, no hagas eso!». Cuando la policía entró , Yabrán ya estaba muerto.
El juez Macchi, que ya había tomado declaración testimonial a Yabrán durante la instrucción del sumario por el crimen de Cabezas, ordenó su captura cuando la ex esposa del principal acusado le vinculó directamente con el asesinato. Según Silvia Belawsky, su ex marido Gustavo Prellezo, oficial de la policía de la provincia de Buenos Aires, trabajaba junto con otros agentes para las fuerzas de seguridad de Yabrán y un día le confesó a ella: «¿Vos querés saber la verdad? Detrás de todo esto está Yabrán, pero no abras nunca la boca porque te van a matar». Los miembros de la banda de ladrones reunida por Prellezo «para apretar al fotógrafo» coinciden en que fue el policía quien ordenó el secuestro, llevó a Cabezas en su coche a un descampado y finalmente le hizo arrodillar y le disparó en la cabeza.
Sus abogados defensores habían admitido el martes que Yabrán permanecería oculto «en algún lugar» hasta que la Corte Suprema decidiera traspasar el expediente a la Cámara Federal, donde ellos esperaban que le juzgara «un juez justo». La defensa basaba su estrategia en los supuestos móviles políticos de la persecución contra Yabrán. Según ellos, el empresario era «un rehén de la lucha entre el presidente Carlos Menem y Eduardo Duhalde, gobernador de la provincia de Buenos Aires, por la conducción del peronismo».
La existencia del temido Yabrán se descubrió ante la sociedad hace unos cinco años, cuando José Luis Cabezas logró tomarle las primeras fotografías. El ex superministro Domingo Cavallo fue el que le denunció en el Parlamento como «el jefe de una verdadera mafia enquistada en el poder». Cavallo y Yabrán se enfrentaron cuando se preparaban los pliegos para la licitación y venta del Correo argentino y se acusaban mutuamente de defender intereses nunca declarados. La vida de Yabrán, que controlaba los servicios postales privados y de paquetería y que hasta entonces era sólo un nombre susurrado en voz baja, se alteró cuando el ex ministro puso su nombre y su fotografía en el escaparate de las revistas y los periódicos. Cuando Cabezas logró tomarle en la playa de Pinamar la primera fotografía que se publicó de él, amenazó al fotógrafo y a los editores : «Ustedes no saben lo que han hecho, sacarme una foto a mí es como pegarme un tiro en la frente».
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