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Reportaje:

Un agujero negro en acción

Nuevas imágenes del telescopio "Hubble" muestran con detalle el ejemplo más cercano de canibalismo galáctico

Hace muchos, muchos años, una galaxia elíptica empezó a chocar contra una galaxia espiral mucho más pequeña, que desde entonces ha salido perdiendo, lógicamente. Este cataclismo cósmico es un fenómeno que debió de darse frecuentemente en los primeros tiempos del universo, pero cuya observación ahora ya no es tan frecuente. La peculiar galaxia resultante, llamada Centauro A o NGC 5128, es la galaxia activa más cercana a la Tierra, es bien conocida por los astrónomos y se cree que alberga un masivo agujero negro en su interior, aunque no se pueda observar directamente porque su propia naturaleza lo impide.Se encuentra a 10 millones de años luz de la Tierra, una distancia muy pequeña a escala cosmológica, en la bóveda celeste del hemisferio Sur.

Hacia esta región del cielo, el ejemplo más cercano a la Tierra de canibalismo galáctico, ha dirigido sus instrumentos el telescopio espacial Hubble , de la NASA y de la Agencia Europea del Espacio (ESA), para obtener más detalles que los logrados hasta ahora por otros telescopios de diferentes elementos resultantes de la colisión.

En una de las imágenes, tomadas por la cámara de gran apertura de campo WFPC 2 del telescopio en órbita, se distingue perfectamente el cinturón de gas y polvo que rodea la galaxia elíptica, resto de la colisión con la otra galaxia de menor tamaño. En esta región están naciendo estrellas, a raíz de la compresión del gas interestelar provocada por la colisión, que brillan entre fantasmagóricos filamentos de polvo y ardientes nubes de gas.

Con otros instrumentos de visión en el rango de infrarrojos, en concreto el detector NICMOS, el telescopio ha penetrado, por primera vez, en este cinturón de gas para observar el centro de la galaxia. Un retorcido disco de gas caliente, resto también de la galaxia espiral, está siendo engullido por el misterioso motor interno de Centauro A, posiblemente un agujero negro. Este disco no está alineado todavía en perpendicular al eje del agujero negro, que define un chorro de material eyectado observable en rayos X y frecuencias de radio.

El disco es presumiblemente el combustible del agujero negro y se supone que lleva formado tan poco tiempo, en términos astronómicos, que todavía no se ha alineado con el plano de rotación del agujero negro (una especie de remolino, en términos muy simples) o que las fuerzas gravitacionales de la galaxia le mantienen en la situación que ahora observamos, aunque se haya producido hace 10 millones de años.

«Hemos encontrado una situación complicada, en la que un disco está dentro de otro disco, dentro de otro disco, todos orientados de forma diferente», ha dicho Ethan Schreier, del Instituto Científico del Telescopio Espacial. Se trata del disco de polvo que rodea la galaxia, el disco de gas que alimenta el agujero negro y el disco de acreción que debe tener el agujero negro. «A pesar de que el Hubble ha visto discos de gas alrededor de agujeros negros en otras galaxias, la cámara de infrarrojos nos ha permitido por primera vez introducirnos en esta región oculta de un agujero negro, relativamente cercana y muy activa», añade Schreier.

Los astrofísicos, informa el instituto, aguardan nuevos datos del telescopio y observaciones espectroscópicas desde Tierra para medir la velocidad del material atrapado en el disco alrededor del agujero negro. Esto permitirá a los expertos calcular mejor su masa. Según las estimaciones actuales, el sospechado agujero negro sería tan denso que tendría una masa equivalente a la de unos mil millones de estrellas compactada en una región pequeña, no muy superior a la que ocupa el Sistema Solar.

Las observaciones ahora dadas a conocer fueron realizadas el verano pasado y serán publicadas el próximo 1 de junio en la revista científica Astrophysical Journal Letters.

Mientras tanto, la aproximación a los hechos es sólo eso, una aproximación. No se sabe la relación causa efecto de los elementos del actual escenario ni cuándo tuvo lugar la colisión. Tampoco se conoce cuándo se formó el agujero negro, si fue el resultado de la colisión al fusionarse agujeros negros más pequeños, o si llegó con la galaxia menor.

Centauro A fué observada por primera vez en 1847 por el astrónomo británico Sir John Herschel, quien la describió como «dos semióvalos de una nebulosa de forma elíptica que parece estar cortada y separada por una ancha banda oscura».

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