La garza desalojada
Una garza imperial intentaba anteayer en Doñana proteger su nido, descabalado por la riada de lodo tóxico tras la rotura de la presa de residuos. Las garzas imperiales nidifican siempre en el suelo. En Doñana se quedan un mes; crían en primavera antes de seguir viaje a África. El ejemplar de la foto sufría el desconcierto del desalojo inesperado, con su nido flotando en el agua.
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