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El Koldo Mitxelena divulga la historia de la Universidad de Oñati

El centro cultural Koldo Mitxelena de San Sebastián inauguró ayer una exposición que contribuye a la divulgación de la historia de la Universidad de Oñati a través de sus fondos bibliográficos, hoy pertenecientes a la Diputación Foral de Guipúzcoa. Incunables, obras impresas del siglo XVI, mapamundis de la época y otros objetos que poblaron la biblioteca de la Sancti Spiritus, dejan constancia de la influencia que ejerció esta institución en la localidad guipuzcoana.

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Entre todas las obras sobresale el incunable que contiene las primeras palabras impresas en euskera: De rebus hispaniae memorialibus. La Ganbara del Koldo Mitxelena será hasta el próximo 23 de mayo un museo improvisado de excepción del siglo XVI, que recrea la época en la que Rodrigo Mercado, un hombre renacentista aficionado a la lectura, las artes y la ciencia, fundó la Universidad de Sancti Spiritus. Fue en 1540 y a Oñati llegaron desde diferentes puntos de la geografía española arquitectos, retablistas, profesores y estudiantes, que provocaron un giro radical en el modo de vida de los habitantes de esta localidad, según el responsable de la exposición, Gerardo Luzuriaga. "Tuvieron una gran repercusión, tanto económica como social, pero sobre todo, en el nivel cultural del pueblo de Oñati. A partir de entonces se oían por obligación por las calles idiomas como el francés, el flamenco o el italiano que hasta ese momento no habían escuchado nunca los oñatiarras". El testimonio escrito de esta situación puede verse en uno de los módulos de la exposición, que aborda en profundidad los métodos de enseñanza que se utilizaron en la época y muestra cómo transcurrió la vida estudiantil en Oñati. En la Península Ibérica existían entonces dos focos importantes del saber que importaban su modo de hacer a otros institutos de enseñanza pública superior: la Universidad de Salamanca, que acogió la educación de tintes escolásticos, y la de Alcalá de Henares, cuyas carreras estaban impregnadas de la corriente humanista. Los textos que se conservan de la biblioteca vienen a atestiguar que la Universidad de Oñati se prodigó en la metodología escolástica unida a la teoría medieval. Pero entre sus ejemplares existen muestras de eruditos humanistas, que indican que también esta corriente tuvo aceptación entre los profesores de esta universidad. En esta exposición hay muestras de pleitos que mantuvieron los alumnos del centro con los habitantes de Oñati o el modo en el que los profesores formaban a los estudiantes de grado superior. "A pesar de que estaba prohibido dictar la lección, los libros ponen de manifiesto, tanto en textos como en portadas, que los estudiantes copiaban textualmente para memorizar las observaciones de sus maestros", dijo ayer Luzuriaga. También existen pruebas documentales de las carreras y asignaturas que se cursaban entonces en Oñati. La mayoría de los textos que se conservan pertenecen a las licenciaturas de Derecho, Teología y Arte, lo que no significa que no se impartieran otras carreras durante la época más viva y dinámica de esta universidad, que languideció por la penuria económica y otras circunstancias. La Inquisición Pero quizá una de las secciones más llamativas de la muestra es la que hace referencia a la censura y a la actividad de la Inquisición durante el siglo XVI en el ámbito universitario. En los paneles aparecen recogidos libros tachados con tinta negra, en aquellas partes que no se juzgaba conveniente que fuesen leídas. Hay desde frases, portadas y hasta hojas enteras que llevan el sello de la actividad inquisitorial. Otro de los métodos que se utilizó entonces consistía en colocar un papel en blanco que ocultara la lectura. "Esta exposición podría haber sido la historia del libro, de la imprenta y la tipografía. Pero nos ha interesado más que fuese la historia de la Universidad", dijo Luzuriaga.

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