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Tribuna
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Variaciones sobre Don Quijote

La cultura ha sido estos días una fiesta del espíritu gracias a la lectura colectiva de Don Quijote en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, una iniciativa ejemplar de resonancias múltiples. Los ecos y estímulos del personaje creado por Miguel de Cervantes no se agotan. Los estudios, reflexiones, divagaciones y creaciones sobre algún capítulo o aspecto particular de la novela se suceden desde todos los campos del pensamiento artísticos. Filósofos, psiquiatras, escritores, músicos y hasta inventores de imágenes teatrales participan en diferentes búsquedas a partir de las mismas raíces. Es evidente que Don Quijote sigue vivo. Hace menos de un mes, Emilio Lledó disertó en Palma de Mallorca sobre el personaje de Dulcinea. Llevaba ya varios meses el filósofo sevillano de formación alemana ensimismado con la figura de Marcela la Pastora, tal como aparece, tras la muerte de Grisóstomo, en los capítulos XII, XIII y XIV de la primera parte de Don Quijote. La honestidad y sentido de la libertad de Marcela -"yo, como sabéis, tengo riquezas propias y no codicio las ajenas; tengo libre condición y no gusto de sujetarme... "- la convierten en una de las más firmes y elocuentes pioneras en la defensa de los derechos de la mujer. Tal vez por ello despertó la admiración de Don Quijote y ahora la de Emilio Lledó, un reivindicador de causas justas y en muchos casos marginadas.

En Argamasilla de Alba, cerca de El Toboso, la asociación cultural Los Académicos de la Argamasilla celebran hoy su séptimo juicio crítico-literario, siendo el encausado el catedrático de psiquiatría Carlos Castilla del Pino, que presenta la tesis Qué cosa es ser loco y para qué sirve el serlo, según don Miguel de Cervantes Saavedra, actuando de fiscal o acusador el bibliógrafo y bibliófilo José Antonio Cerezo, y de defensor, José María Casasayas, fundador de la Asociación de Cervantistas. Castilla del Pino está viviendo un periodo portentoso de lucidez. Eduardo Haro Tecglen le considera un sabio, y así lo dijo el pasado lunes en la presentación de libro El delirio, un error necesario. Las referencias a Don Quijote han sido frecuentes en los últimos libros del autor de El humanismo imposible, algo que no es de extrañar al haber tratado en ellos temas corno la locura, el delirio o las relaciones con la realidad en carne propia en su esclarecedora autobiografía. ¿Conseguirá pasar el juicio sumarísimo de Argamasilla?

¿Y la música? También se ha apuntado a la fiesta. En el Centro Cultural Conde Duque de Madrid se pudo escuchar ayer la Suite en sol mayor Don Quijote, de Telemann, y próximamente el Teatro Real presentará en su temporada de danza el Don Quijote de Víctor Ullate, que Luis Iturri estrenó hace unos meses en el Arriaga de Bilbao. Lo verdaderamente impactante, no obstante, va a estallar en el año 2000. Dos óperas sobre Don Quijote, de dos músicos tan intuitivos y brillantes como son Cristóbal Halffter y José Luis Turina. Una de ellas se estrenará en Madrid; la otra, probablemente en Barcelona. Las direcciones escénicas no se van a quedar a la zaga del reto, y si Halffter está en conversaciones nada menos que con Herbert Wernicke -recientemente señalado como mejor director escénico de ópera de 1997 en una votación de 53 críticos musicales publicada por la revista 0pernwelt-, Turina cuenta con el derroche imaginativo del grupo catalán La Fura dels Baus, que se ha acercado a este proyecto sin ningún tipo de subvención económica y trabajando codo a codo desde el principio en la búsqueda de soluciones teatrales con el libretista -el gran novelista andaluz Justo Navarro- y el compositor.

Continúa, pues, el caballero de la triste figura inspirando a los creadores más osados y también a los más serenos. Es lógico que así sea. En las páginas de Don Quijote está toda la belleza y todo el conocimiento del mundo. A ellas hay que volver una y otra vez con calma, como han hecho ahora Emilio Lledó, Carlos Castilla del Pino, Cristóbal Halffter (y su libretista Andrés Amorós) o el tándem Fura dels Baus-José Luis Turina-Justo Navarro, afortunados protagonistas de algunas de las últimas variaciones de un resplandor que no cesa.

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