Las reservas adquiridas por Franco, ''imprescindibles''

Las compras de oro efectuadas por el Gobierno de Franco, 118.000 millones de pesetas al cambio actual, para reponer las reservas desaparecidas durante la República eran "imprescindibles" para respaldar la peseta y avalar los créditos, a fin de conseguir divisas que permitirían comprar en el extranjero los alimentos y los combustibles que España necesitaba con urgencia.Así explica el profesor Martín Aceña las adquisiciones que el dictador ordenó al IEME durante la II Guerra Mundial y que 50 años más tarde han puesto a España en el centro de la atención internacional. Este argumento y la fiscalización sobre las compras de oro, a la que sometió la comisión de Control Aliado a España, sustentan la tesis favorable del informe español. Durante esa fiscalización se identificaron sólo ocho lingotes como procedentes del expolio nazi a los judíos y se reconoció la legitimidad de la propiedad española de otros 4.379 lingotes (veáse EL PAÍS del 2 de febrero de 1997).

"Dicho comercio se realizó, dada la neutralidad de España, con las partes, beligerantes, pero sobre todo con Alemania, en razón de la deuda por los suministros de material de guerra al bando del general Franco durante la guerra civil, suministros que, según el Gobierno del Tercer Reich, ascendían a más de 212 millones de dólares de la época", dice el informe.

Según el estudio oficial, el comercio hispano-alemán se canalizó mediante un sistema de clearing [compensación internacional] renovado periódicamente para evitar los pagos en divisas. A cambio de maquinaria y armamento, España ofrecía minerales estratégicos como wolframio y hierro. El saldo, favorable a España, ascendió a 76 millones de dólares.

El informe destaca que las relaciones comerciales con Suiza durante la II Guerra Mundial se centraron en el intercambio de maquinaria y productos químicos y farmacéuticos por productos alimenticios y servicios de transporte terrestre y marítimo; el comercio con Gran Bretaña, principal cliente antes de la guerra, descendió por los peligros del tráfico naval, y Estados Unidos, condicionó los envíos de trigo, petróleo y algodón.

La comisión española recuerda que el Gobierno de Francisco Franco se adhirió a la llamada Declaración del Oro de 1944, en la que la secretaría del Tesoro estadounidense declaró ilegales las trasferencias del oro robado por las, potencias del Eje. Y que al terminar la guerra España aceptó, la resolución VI de la Conferencia de Bretton Woods que exigía a los países neutrales la entrega de las propiedades alemanas, tanto públicas como privadas.