Nadie Preguntó a la mujer detenida por aborto ilegal en Albacete si tenía informe psiquiátrico
El juez dedujo que no existía, pese a que figuraba en la historia clínica
El juez de Albacete Manuel Mateos dedujo que una mujer se sometió a un aborto ilegal sin previamente interrogarla. Tal deducción la hizo porque la mujer no reveló ante la policía que hubiera sido explorada por un psiquiatra para acogerse así a uno de los supuestos legales de interrupción del embarazo. En la causa -por el momento sometida a secreto- consta que el único interrogatorio fue el policial, en el que no se preguntó a la detenida, imputada en un delito de aborto, si había sido asistida por un psiquiatra, lo que realmente había ocurrido y así constaba en u historial ginecológico: uno de los 1.443 que el juez ordenó requisar en la clínica Iris, de los cuales devolvió después 1.362 (se quedó con 81).
Todo empezó con un parte médico de lesiones que sirvió de base al juez de guardia de Albacete, Manuel Mateos, para abrir una investigación penal que, con la ayuda del policía Gerardo Fernández, convirtió a la víctima de las lesiones en perseguida por supuesto aborto ilegal.El parte de lesiones describía un "posible hematoma uterino secundario a legrado uterino para interrupción voluntaria del embarazo". El juez encargó a la policía judicial que investigara las lesiones. Gerardo Fernández, el inspector jefe, decidió interrogar al médico de la clínica Nuestra Señora del Rosario que había suscrito el parte, Luis Alvarez Dumont, quien explicó que a la paciente se le había practicado un aborto en la clínica Iris y que, aunque todo había salido bien, el dolor abdominal no se le pasaba. Después se supo que el origen era una dolencia de riñón.
"Derroteros" inesperados
Álvarez Dumont no pensó que un simple parte hospitalario de lesiones daría pie a una investigación penal como la emprendida por el juez Mateos. "La ley me obliga" a dar parte al juzgado, explicó ayer a EL PAÍS desde su casa, informa Este médico colegiado en Albacete, que no quiere ni decir su edad pero que afirma llevar "muchos años" en la profesión, se encontraba de guardia cuando ingresó la paciente. Ahora está "sorprendido" por la dimensión que ha tomado el caso, porque no creyó que el proceso llegara a tomar cuerpo y, aunque no quiere entrar a evaluar la actuación del juez, reconoce: "No esperaba que esto fuera por esos derroteros".Pero la información dada a la policía por el doctor Álvarez Dumont, aunque en ningún momento insinuó el carácter ilegal del aborto ni la falta de acreditación para practicarlo de la Clínica Iris, sirvió para dar un giro a la investigación policial. Ante el simple conocimiento de que se había practicado un aborto en una clínica privada, sin datos sobre el supuesto legal al que se había acogido la mujer, el policía Fernández, como siguiente medida de investigación, tomó una muy grave, al menos para la víctima de las lesiones: indagó dónde se encontraba -fuera de Albacete- y allí se dirigió para detenerla e interrogarla.
Detenida como imputada en un delito de aborto, según consta en el Acta de Información de Derechos al Detenido, la que fue víctima de una enfermedad se convirtió el 17 de febrero en presunta delincuente. El experto policía no le preguntó sobre el supuesto legal al que se había acogido. Su interrogatorio iba por otros derroteros: "¿No sospechó usted de la ilegalidad de la interrupción del embarazo cuando le pidieron 50.000 pesetas, a pesar de que podía abortar por la aseguradora médica de la que disfruta como funcionaria?". "¿Por qué acudió a la clínica Iris, que no conocía, pero que le recomendó una amiga?".
La detención de la víctima de las lesiones sin que hubieran aparecido indicios de delito es considerada ilícita por los abogados del caso, que consideran también ilícitos y nulos, por contaminados, los restantes actos de investigación que arrancan de dicha detención.
Grave peligro psíquico
A pesar de que la detenida insistió en su declaración ante el policía en que siempre se cercioró de que el aborto al que se sometió era legal y en que no se le pasó por la imaginación nada contrario a la ley, el juez dedujo de tal declaración que el aborto que se le practicó en la clínica Iris no se incluye entre, los supuestos despenalizados [entre ellos, "que sea necesario para evitar un grave peligro para la vida o la salud física o psíquica de la embarazada y así conste en un dictamen emitido con anterioridad a la intervención'].El juez Mateos, ateniéndose a la declaración realizada por la mujer, ante la policía -él no la ha interrogado-, señaló que la declarante "no manifiesta que hubiera sido objeto de una exploración por parte de ningún psiquiatra ni de facultativos específicos que emitieran los informes" exigidos "para practicar legalmente el aborto".
Pero es que en el interrogatorio policial, según ha podido comprobar este periódico, no se produjo ninguna pregunta sobre esos extremos.
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