La obsesión por 'Lolita'

La censura en Estados Unidos de la nueva versión de Lolita, dirigida por Adrian Lyne y con Jeremy Irons en el papel de Humbert Humbert, es un tema que todavía parece escocer al actor británico.

Sin que nadie saque a colación el tema, él lo pone sobre la mesa, y en varias ocasiones. Recuerda que ni a Nabokov ni al mismo Kubrick les gustó la primera Lolita, "una gran historia que estaba por hacer otra vez". Cuando habla de romanticismo e idealismo recuerda a Lolita. Cuando recuerda cómo tras recibir en 1990 el Oscar al mejor actor por El místerio Von Bulow nombró a David Cronenberg, el director de Inseparables, para defender una película que el creía injustamente olvidada en EE UU, también vuelve a Lolita. "Hay que tener fe en lo que uno hace y defenderlo. La actitud en EE UU con Lolita es cobarde y estúpida", añade. "Los estudios reciben la orden de Washington de limpiar sus mensajes porque hay lo que yo llamo una mayoría moral que pide eso y ellos acatan esa orden".

"No son las escenas de sexo de la película lo que importa sino el fantasma de la pedofilia", explica el actor. "Esa mayoría moral ve en el sexo el demonio; pero ésa es la misma mayoría que defiende el gasto en armas. Creo que aunque el debate sigue abierto en EE UU, la película nunca se estrenará".