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Reportaje:

Travolta se acuesta en las alcobas de Clinton

La crítica recibe con entusiasmado interés los lios sexuales del filme 'Colores primarios'

La película, según su director y su protagonista, "no es sobre Clinton", pero todo el mundo sabe que no dicen la verdad. Colores primarios, estrenada ayer en EE UU (en España se proyectará en mayo), no sólo es un fiIme sobre Bill Clinton, sino que, además, sale a las carteleras en el momento oportuno.En lo que sí tienen razón Mike Nichols y John Travolta es en que esa oportunidad es un fruto del azar. Cuando comenzaron a rodar no podían ni imaginar que en este mes el hombre más poderoso del planeta estaría liando con tres escándalos sexuales: Paula Jones, Monica Lewinsky y Kathleen Willey.

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Hay bastantes indicios para pensar que Clinton es un mujeriego y hay muchas pruebas que corroboran que es un gran animal político Los norteamericanos, a tenor de los sondeos, le están perdonando lo primero a cambio de lo segundo.Esto no debería sorprender tanto en el exterior de EE UU Este país tiene su ramalazo puritano, pero las elecciones de 1992 ya probaron que los norteamericanos pueden llevar a la Casa Blanca a alguien que arrastra unos cuantos pecadillos. Si su esposa se los perdona, ellos también.

De eso trata, precisamente,- Colores primarios. De la campana presidencial de 1992. Un gobernador sureño, Jack Stanton, se lanza a la conquista de la presidencia con un programa centrista y una arrolladora capacidad de seducción. En el camino se acuesta con alguna que otra mujer y tiene que dar la cara ante el escándalo que se monta cuando una vieja amante suya cuenta su historia a la prensa. Pero, a trancas y barrancas, Stanton sigue en la carrera, y como caballo ganador. La conquista del poder, dice, no es un asunto de ética y moral, sino de capacidad de liderazgo, y él la tiene a raudales.

Cuando el libro Colores primarios salió en 1996, a nadie le cupo la menor duda de que Stanton eran Clinton. El misterio se centró en averiguar quién era aquel "anónimo" que lo firmaba. Se trataba, sin duda, de alguien que había vivido desde dentro la campaña; quizá un traidor a Clinton. Pero al final se supo que "anónimo" era el periodista de Newsweek Joe Klein, que había cubierto la candidatura del gobernador de Arkansas. El asunto le costó a Klein el puesto, culpable del delito de mentira por haberles negado a sus superiores ser el autor del libro.

John Travolta ganó algunos kilos y se tiñó el pelo de gris para encamar a Stanton-Clinton en el filme dirigido por Mike Nichols, autor de ¿Quién teme a Virginia Woolf? y El graduado. Su interpretación, según la crítica norteamericana, es excelente. Como Clinton, Travolta es una fuerza de la naturaleza que devora donuts y pizzas, adora a su mamá, coquetea con cualquier mujer que se cruce en su camino y fascina al electorado con su capacidad para recordar nombres y circunstancias y su interés por sus pequeños problemas cotidianos.

Travolta, que es republicano, ha contado a la revista George que se entrevistó con Clinton durante el rodaje de la película, pero no para hablar de la misma. Ni uno ni otro mencionaron Colores primarios, pero, desplegando todas sus artes de seducción, el político le manifestó al actor su preocupación por la supuesta persecución de que es objeto en Alemania la Iglesia de la Cienciología. Activo militante de la Cienciología, Travolta salió encantado.

John Travolta, que desde su participación en Pulp fiction ha resucitado brillantemente la carrera que comenzó hace dos décadas con Fiebre del sábado noche, habla y se mueve en Colores primarios de un modo que voca inmediatamente al presidente norteamericano. En cambio, la actriz británica Emma Thompson, que encarna en la película a la esposa del gobernador, o sea, a Hillary Clinton, ha buscado menos el parecido físico. Por su parte, Billy Bob Thornton confiea que le pidió permiso a Bil Clinton para interpretar un personaje que está calcado del de James Carville, que fue el estratega de la campaña de 1992.

Opinión mayoritaria

Thornton, que, como Mik Nichols, es amigo y simpatizante de Bill Clinton, ha declarado esta semana: "Me importa un pepino que el presidente pueda estar implicado en actos de bestialismo si conduce el país por la vía correcta". Ésa parece ser, por el momento, la opinión de esa mayoría de los ciudadanos norteamericanos a los que no parece preocuparles que el presidente se bajara los pantalones delante de Paula Jones, sedujera a la becaria Monica Lewinsky en la Casa Blanca o forzara a Kathleen Willey a ponerle una mano sobre su pene en erección en pleno Despacho Oval.Colores primarios ha costado 65 millones de dólares (más de 10.000 millones de pesetas) y la gran preocupación de sus productores es que quizá los norteamericanos no tengan interés en pagar unos cuantos dólares para ir a ver las mismas cosas que encuentran gratis todas las noches en los telediarios.

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