Los editores acusan de "frivolidad" al Gobierno por la "no política" respecto al libro

El II Congreso Nacional de Editores se inauguró ayer en Benalmádena (Málaga) como era de esperar: con una crítica dura y frontal al Gobierno en general y a la ministra de Educación y Cultura, Esperanza Aguirre, en particular. Hablaron mucho los editores sobre la política, "no política" precisó uno de ellos, que realiza el Gobierno del PP ("o no realiza") respecto al libro. Juan de Isasa, presidente de la Federación de Gremios de Editores de España, entidad organizadora del encuentro, hizo una lúcida exposición de la situación actual del sector editorial, que resumió en la "inseguridad".

Juan de Isasa habló también de los proyectos que intentan llevar a cabo para obtener un plan general a medio y largo plazo. Se mostró decepcionado, como todos los asistentes al congreso, con la intervención del director general del Libro, Fernando Rodríguez Lafuente. "Es muy buena persona, pero no tiene capacidad de decisión. Le envían aquí a hacer el papelón", afirmó.El aprecio personal que todos los editores muestran por Rodríguez Lafuente les hace más penosa la crítica. "¿Con quién hablas en el ministerio?", dijo De Isasa, "con nadie". "Sólo obtenemos buenas palabras, nada más. Es un diálogo de sordos, desesperante". Puso un ejemplo: hace unos meses los editores se reunieron con el secretario de Estado de Cultura, Miguel Angel Cortés, y pidieron que se levantara acta del encuentro y hasta hoy. Han pedido por activa y por pasiva que se les entregue una copia y ni tan sólo eso han conseguido.

El libro de texto y la liberalización de su precio que empezará a aplicarse en el próximo curso escolar con descuentos de un 12% fue uno de los temas estrella. Mauricio Santos, presidente de la asociación que agrupa a los editores de libros de texto, se mostró radical: "La ministra de Cultura en concreto y el Gobierno en general tratan el tema del libro con frivolidad. No hay análisis en la Administración". Y cuando hablan del precio fijo del libro, "lo hacen de manera demagógica, no en su contexto".

A finales de diciembre se aprobó la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos que "autoriza" que los detallistas (libreros) puedan hacer hasta un 12% de descuento en la compra de libros de texto. "Es una ley absolutamente confusa". Especifica que los descuentos se aplicarán en la "atención primaria". Suponen los editores que se refiere a "educación primaria". Habla el texto de educación obligatoria y ahí no entra, por ejemplo, la formación profesional ni la infantil. "¿Qué van a hacer los libreros?, ¿cómo van a reaccionar?, ¿cómo van a separar una cosa de la otra?", dijo Santos.

Los efectos de esta medida empezarán a notarse el próximo mes de septiembre. ¿Qué pasará? Nadie parece saberlo y aún menos el Gobierno. El director general del Libro, en un largo discurso sobre la situación del libro español, lleno de datos como el número de bibliotecas, no rozó el asunto. Los editores, como ocurrió en la inauguración del Liber 97, se mostraron indignados. Y hubo bastante tensión, aunque no tanta como entonces. Acusaron a Rodríguez Lafuente de triunfalista. Prácticamente ninguno de los asistentes estuvo conforme con la respuesta del director general a la ponencia de Juan de Isasa. "Tenernos la sensación en el sector editorial de que en cualquier momento puede pasar algo, pueden cambiar las cosas", dijo. El segundo punto que destacó, de manera casi conciliadora, es que se pueden mejorar mucho las cosas "a medio y largo plazo para el fomento, la industria y el comercio del libro".