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LA SEGUNDA TRANSICIÓN CHILENA

El senador Pinochet vuelve a enfrentar a los chilenos

Peleas entre parlamentarios y enfrentamientos callejeros reciben al ex dictador en la Cámara alta

Augusto Pinochet, ex dictador y ex general, ya es senador de Chile, sin que nadie le haya elegido. La sesión de juramento estuvo repleta ayer de incidentes dentro del Congreso, mientras en las calles de Valparaíso y Santiago, la policía se empleó con contundencia. Hubo numerosos detenidos y heridos. Con semblante imperturbable, vestido con traje azul oscuro y corbata roja, Pinochet aguantó estoicamente la protesta de los senadores que le recordaron que su presencia no es grata en un Parlamento democrático. De repente, una veintena de parlamentarios, muchos de ellos represaliados por Pinochet, entró en la sala con grandes fotografías de víctimas de la dictadura como Salvador Allende, el general Carlos Prats, Orlando Letelier y varios desaparecidos.

El senador demócrata cristiano Jorge Lavandero y la diputada socialista Fany Pollarolo se e fundaron un gran cartel con los nombres de detenidos-desaparecidos y la leyenda "¿Dónde están?". En la tribuna de invitados, los seguidores de Pinochet abuchearon la acción de los diputados, con gritos e insultos. Hubo un conato de pelea entre dos parlamentarios, de derecha e izquierda. Pinochet observaba en silencio, impasible. Apenas un gesto. Sólo frunció el ceño, cuando el senador Lavandero dijo públicamente: "No es parte de la tradición democrática de Chile tener de senador a un dictador como Pinochet''.El presidente saliente del Senado, Sergio Romero, no permitió el inicio de la sesión hasta que los senadores del Partido Socialista (PS) y del Partido por la Democracia (PPD) retiraran las fotografías. Hubo discusiones, reproches, peticiones de respeto a la institución y protestas de los invitados pinochetistas. "Señor Lavandero, no haga más el ridículo", gritaba airada una seguidora del ex general. Se hizo silencio cuando se entonó el himno de Chile.

"Aceptamos retirar las fotos, porque jamás hemos impedido el. funcionamiento de esta institución, ni de la democracia", dijo el senador socialista Ricardo Núñez. Las fotografías de las víctimas del dictador fueron colocadas boca abajo, y se abrió la sesión. Todos puestos en pie -Pinochet y los senadores designados en la última fila central- los miembros de la Cámara alta juraron sus cargos. "Declaro que quedáis incorporados al Senado", sentenció el presidente de la Cámara. "Con nuestra protesta", apostilló a voz en grito Jorge Lavandero.

Senador con escolta

Pinochet votó como un senador más en la elección de los nuevos presidente y vicepresidente. Se desplazó en cuatro ocasiones, lentamente, desde su escaño a la urna de madera colocada en el centro del hemiciclo. Le acompañó siempre a modo de guardaespaldas el también senador Julio Lagos (del derechista Renovación Nacional) antiguo dirigente del gremio de camioneros que tuvo una destacada actividad en los hechos que culminaron con el derrocamiento del Gobierno de Allende.El democristiano Andrés Zaldívar, exiliado en Roma varios años, fue elegido nuevo presidente del Senado. ''Le he dicho a Pinochet que aquí todos los senadores serán iguales", dijo después de la sesión. "En Chile estamos haciendo una transición inédita. E mundo no lo entiende". Pinochet abandonó el Senado antes de que el presidente levantara la sesión "para no coincidir con los otros senadores", apuntó Jorge Lavandero. Apenas tuvo una frase para una emisora de radio mientras se dirigía al garaje subterráneo: "Estoy conociendo. Yo no conocía nada". Incidentes similares se registraron en la Cámara de Diputados, donde el presidente suspendió la sesión en dos ocasiones. En la calle, los enfrentamientos comenzaron en el preciso instante en que Pinochet juraba como senador vitalicio. Unos 3.000 manifestantes rompieron las vallas de contención y se abalanzaron hacia las puertas del Congreso. La policía cargó con dureza y con material antidisturbios y chorros de agua. En una calle cercana varios centenares de pinochetistas enarbolaban retratos del ex dictador y gritaban "Pinochet, aquí estamos otra vez". Desde una ventana del Parlamento se desplegó un gran pancarta "No a Pinochet''. Una avioneta sobrevoló Valparaíso con un gran texto: "Bienvenido senador Pinochet''.

No hubo enfrentamientos entre ambos bandos porque lo impidió la policía, pero sí heridos en las filas de los antipinochestistas. La presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos, Sola Sierra, fue derribada por un potente chorro de agua, y la presidenta del Partido Comunista, Gladys Marín, sangraba por una sien. Las escenas de ayer en Valparaíso -barricadas, quema de neumáticos, represión policial- recordaban las movilizaciones en el Chile de los años ochenta.

Los incidentes más violentos se produjeron la noche del martes en poblaciones (barrios pobres de la periferia) de Santiago. Tres vehículos policiales recibieron 20 impactos de bala en La Victoria, un manifestante de 16 años fue herido por arma de fuego, hubo cortes de energía eléctrica y fogatas. En Villa Francia, los carabineros utilizaron tanquetas contra los manifestantes. En los dos últimos días 368 han sido detenidas. "Esto lo tendremos todas las semanas. Las protestas se trasladarán de Santiago a Valparaíso", lamentaba ayer un funcionario del Congreso chileno. "Ahora toda la atención política gira en torno a la presencia de Pinochet en el Parlamento, y no en la resolución de los problernas".

Pocos se acordaron de que ayer se cumplía el cuarto aniversario del Gobierno de Eduardo Frei.

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