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Petróleo por aliados

Irak premia a sus aliados políticos con concesiones petrolíferas para cuando se levante el embargo

Petróleo a cambio de amigos. Esta es la fórmula por la que el régimen de Sadam Husein trata de conseguir aliados políticos que le permitan salir de la crisis y anular el embargo. Este es el caso de Rusia, China y Francia, quienes durante el reciente conflicto se convirtieron en los más firmes defensores del Gobierno de Irak, se opusieron a una acción armada de EE UU y propugnaron una solución diplomática gestionada por el secretario general de la ONU, Kofi Annan.

El Gobierno de Sadam Husein firmó el pasado 21 de marzo el primer pacto petrolífero-político con el Gobierno ruso. El acuerdo que sólo podrá entrar en vigor un vez se haya levantado el embargo decretado por la ONU, permitirá a la empresa Lukoil y otras dos compañías afiliadas explotar el campo de Qurna, situado al sur del país. Las tres empresas rusas han desembolsado ya conjuntamente cerca de 200 millones de dólares para llevar a término los estudios previos de la explotación de este campo durante 23 años.

La empresa petrolífera iraquí -State Oil Marketing Organization- firmaría dos meses después del acuerdo ruso un pacto similar con los chinos, permitiéndoles la explotación del campo petrolífero de Ahdab. El responsable de la Corporación Nacional de Petróleo Chino (CNPQ afirmó durante su estancia en Bagdad el pasado mes de mayo que su firma gastaría 660 millones de dólares para efectuar los estudios previos a la explotación, que también quedarán congelados hasta el fin del embargo.

Un pacto similar a los firmados por Rusia y China está apunto de rubricarse con las empresas petrolíferas francesas Total y Elf. Los términos de este acuerdo se han convertido en un secreto de Estado. El pacto con Francia no ha sorprendido a nadie ya que la derecha francesa y en especial el presidente de la república Jacques Chirac, mantienen desde hace años estrechas relaciones con Sadam.

Los tres firmantes de estos pactos petrolíferos-políticos se han convertido, no por casualidad, en los más firmes defensores del régimen de Bagdad durante la última crisis. Otros países occidentales que aspiran o están negociando acuerdos energéticos con Irak han apoyado también el frente en favor de Sadam.

Turquía, que envió a su ministro de Asuntos Exteriores a Bagdad hace poco menos de tres semanas y que anunció a Estados Unidos, que no permitiría la utilización de las bases aéreas del sur del país para bombardear Irak, está negociando desde hace nueve meses con el Ministerio de Energía iraquí la construcción de un gasoducto que le permitirá explotar las reservas de gas del norte del país durante 20 años.

La estrategia de apoyo político a cambio de pacto petrolífero parece también haber servido para atraer a Italia y convertirla en un aliado del régimen de Sadam. La firma AGIP de Roma está a punto de firmar un contrato que le permitirá la explotación del campo de Nasiriya, con una capacidad de 300.000 barriles diarios, que también sólo podrá explotar cuando se levante el embargo.

La compra de opciones para el futuro de Irak ha provocado el interés de la empresa petrolífera española Repsol, y antes de que estallara la actual crisis se encontraba negociando en una situación preferente, lo que le hubiera permitido hacerse con uno de estos contratos. La amistad entre Irak y España se vino, sin embargo, abajo hace poco menos de dos semanas, cuando el Gobierno de José María Aznar sugirió que podría permitir a los aviones norteamericanos utilizar la base de Morón.

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