La prueba del pelo
El clenbuterol es un negocio peligroso pero redondo. Un solo gramo (8.000 pesetas) de esta sustancia, fácil de producir, sirve para adulterar una tonelada de pienso.El resultado es rápido y fácil de enmascarar. Basta con mezclarlo en poca cantidad con complejos vitamínicos o suspender su administración en las últimas semanas para que burle los sistemas clásicos de control.
El resultado de esta actividad ilegal (el nuevo Código Penal lo considera delito contra la salud pública) es un aumento de las ganancias que ronda las 30.000 pesetas por animal envenenado.
Esta circunstancia, que constituye un auténtico peligro para la salud humana, ha llevado a los inspectores de higiene alimentaria a aguzar el ingenio: junto al sistema de análisis de retina, han incorporado este año un sistema aún más efectivo: el estudio del pelo del ganado. Este análisis permite detectar los restos de las sustancias ilegales incluso a los 90 días de su última administración.
Aunque el uso de este sistema aún está en periodo de prueba, ya ha mostrado su capacidad destapando en apenas un mes y medio dos casos de carne adulterada.
Junto al trabajo desarrollado por la Consejería de Sanidad, los propios mataderos analizan (por imperativo legal) todas las partidas de ganado que reciben.
Así, en el año 1.997 recogieron 50.000 muestras que dieron como resultado tres positivos por clenbuterol.
Los responsables autonómicos, sin embargo, miran
con cierto escepticismo estos resultados. Su porcentaje de casos positivos (no llega al 1 por 1.000) es demasiado bajo.
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