Sanidad detectó en los mataderos 17 casos de ganado engordado con clenbuterol
La Dirección General de Salud Pública detectó en 1997 un total de 17 casos de ganado vacuno engordado con clenbuterol, un producto prohibido cuyo consumo es dañino para la salud humana. Los análisis de los veterinarios autonómicos, que demuestran que la práctica de administrar sustancias prohibidas a los animales sigue siendo común, fueron efectuados en mataderos de la región. En uno de los casos destapados, la carne adulterada procedía de una explotación madrileña. Esta ganadería fue precintada y sus animales inmovilizados.
En la región se ubican 25 mataderos, 157 salas de despiece, 364 industrias de productos cárnicos, 5.000 carnicerías (sin contar las de la capital) y 90 almacenes frigoríficos. Para vigilar que el suministro alimentario esté libre de adulteraciones, el departamento de Salud Pública mantiene en activo un batallón de inspectores (30 destinados en los 25 mataderos de la región, 3 en servicios centrales y 43 en áreas de salud). Sólo en uno de los casos destapados por esta red de vigilancia la carne adulterada con clenbuterol procedía de una explotación madrileña. Los animales fueron inmovilizados y las instalaciones precintadas. Junto a la habitual apertura de un expediente sancionador (entre 2,5 y 100 millones de pesetas de multa), los datos obtenidos en esta redada fueron remitidos a la policía judicial por la comisión de un supuesto delito contra la salud pública.El caso, que no llegó a la luz pública para evitar "falsas alarmas" (no se ha demostrado que la carne adulterada llegara a los circuitos de consumo), sigue ahora abierto. "Tampoco hay que ser alarmistas. Las cantidades de clenbuterol que descubrimos son muy bajas; sirven para demostrar que es una práctica que aún sigue en vigor, pero no implican un riesgo excesivo para la salud pública", advierten en Sanidad.
De los cuatro procedimientos que los veterinarios regionales emplean para detectar el clenbuterol y otras sustancias prohibidas, el más amplio corresponde al denominado plan de muestreo aleatorio, una estrategia encaminada a dar, de la mano del azar, con los casos de animales enviados al matadero tras haber recibido productos ilegales. En 1997, se efectuaron 2.000 análisis de este tipo que arrojaron seis positivos: cuatro de ellos correspondían al clenbuterol, la más temida y usada de las sustancias de engorde; y otros dos, a sulfamidas, fármacos empleados para reducir la fauna microbiana pero que pueden crear, al ser consumidos, resistencias en el hombre. Todos los ejemplares procedían de fuera de Madrid. "Es algo normal, porque en la región hay pocas explotaciones", señalaron fuentes sanitarias.
Lista de sospechosos
La segunda línea de investigación corresponde al denominado plan de sospechosos. Bajo este sugestivo nombre se esconde un doble operativo sanitario. El primero corresponde a las actuaciones activadas por los veterinarios autonómicos (destacados en los mataderos) ante la aparición de piezas sospechosas por su desarrollo muscular (llamadas por los expertos culturistas). El segundo entramado de este operativo parte de las listas que elabora Sanidad de ganaderías sobre las que recae algún tipo de duda sobre la pulcritud de sus métodos. En Madrid, esta lista reúne a un centenar de empresas cárnicas. Por esta doble vía se recogieron el año pasado 641 muestras que dieron como resultado dos positivos por clenbuterol (uno, la ganadería precintada).El tercer objeto de investigación de los veterinarios autonómicos procede de la carne importada y que ha sido sacrificada fuera de la región. El control de estos productos se desarrolla en almacenes frigoríficos y negocios minoristas. Una auténtica maraña de establecimientos en los que en 1997 se recogieron 407 muestras que dieron cinco resultados positivos, nuevamente, por clenbuterol. Estas infracciones fueron comunicadas a la Comunidad Europea y al Ministerio de Sanidad.
La última de las líneas de acción de la Comunidad surgió en respuesta al aumento de la picaresca de los ganaderos. El desarrollo de nuevas drogas de síntesis más difíciles de detectar con los métodos clásicos llevó a los especialistas a desarrollar un arma analítica de enorme penetración que permite detectar rápidamente beta-agonistas, familia de sustancias a la que pertenecen el clenbuterol y sus pares. Este sistema es denominado kit de ojos, y sólo lo emplea un equipo móvil de los servicios centrales de Sanidad (una especie de unidad de élite de los veterinarios autonómicos). Consiste en mezclar raspaduras de retina con humor vítreo del animal y disolverlo en un suero especial. La reacción varía del verde oscuro (animal sano) al transparente (engordado ilegalmente). Las 410 mues tras recogidas en 1997 permitieron descubrir seis casos de clenbuterol. "Este año aumentaremos un cien por cien la cifra de estos análisis, porque son tremendamente disuasorios", señaló Sanidad.
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