Una variada oferta fotográfica

Difícilmente se pueden reducir a una tendencia concreta los materiales fotográficos expuestos en Arco -ni tan siquiera en una clasificación hecha en términos estadísticos-. A lo sumo cabría plantearse dos grandes apartados de espacios expositivos donde tiene cabida la fotografía; por un lado, la que exhiben las escasas galerías especializadas y, por otro, la que ofrecen los galeristas de forma dispersa como una más de sus ofertas. Entre las especializadas está Visor (Valencia). Habitual de esta feria junto a Spectrum (Zaragoza), ambas son pioneras en el sector privado de la comercialización de foto de autor en España, si bien cada una de ellas presenta un paquete perfectamente diferenciado. En la presente edición, Visor cuenta con piezas de Mappletorpe (Marty Gibson, Feet, 1978, 1,5 millones de pesetas), Thomas Ruff (un retrato a gran tamaño de 1996 por 1,6 millones de pesetas), una serie de Horst P Horst copiadas con el proceso del platino paladio (a 600.000 pesetas cada una), y un retrato hecho por Irving Penn a Ivy Compton en 1958 (copia al platino palacio, la número 4 de una serie de 30, un millón de pesetas). Además, una obra de Sandy Skoglund (copia número 8 de un tirada de 30, en gran formado 122 1.665, 800.000 pesetas), y una foto en blanco y negro tomada por William Klein durante la visita del Papa a Lourdes en 1983 (400.000 pesetas).

Junto a ellos, las clásicas tomas de Bern y Hilla Becher, Ralph Gibson o Andrés Serrano (también en las galerías Juana de Aizpuru y Joöao Graça). Una oferta para no equivocarse, que puede servir de perfil de este tipo de convocatorias y de las cotizaciones en su rango. Completa la serie con otros fotógrafos de última instancia como Íñigo Royo o Ana Teresa Ortega. Por su parte, Spectrum apunta hacia las últimas tendencias contemporáneas con artistas como Pablo Genovés, David Escudero, Gabriel Corchero o Rafael Navarro.

Por otro lado, cada vez son más los autores presentes en estos ámbitos cuya formación plástica tiene sus orígenes en otras áreas, o que sencillamente recurren a la fotografía para dejar constancia de sus investigaciones con diferentes materiales. Así, la mayoría de los trabajos del espacio de arte Yvonamor Palix (Francia) con los registros de las performances del artista Orlan, las manipulaciones de Aziz & Cucher y las habitaciones saturadas de objetos flotantes de Sandy Skoglund.

Reportaje

En este sentido, la madrileña galería Salvador Díaz presenta a una joven escultora, Mayte Vieta (26 años) -recientemente incorporada al mundo de la fotografía- con un tríptico de gran formado (1,4 milones de pesetas). Yvon Lambert (Francia) define su espacio con 20 instantáneas de Nan Goldin -una de las escasas muestras del reportaje en Arco- con su temátca habitual sobre la vida cotidiana y su interrelación con la dependencia sexual, cuatro retratos en sendas cajas de luz de Christian Boltnski y una serie de cibachromes realizados por Douglas Gordon. La única galería privada de Polonia que promociona el arte dentro y fuera del país, Zderzak, presenta un instalación compuesta por cuatro fotografías de 200 121 centímetros junto a tres esculturas de tamaño humano (4.300.000 pesetas más el IVA, el conjunto; por separado, las fotos se cotizan a 700.000 pesetas) y una curiosa aplicación realizada mediante técnica mixta convierte a la foto en sí misma en un objeto (Cartas desde Portugal, 1994, de Wojciech Prazmowski).

La foto denuncia -no en plan documental sino ilustrativo- de la situación de las mujeres musulmanas viene de Turín (galería Marco Noire) con las imágenes de Shirin Neshat, pletóricas de textos aplicados sobre las fotografías llenas de símbolos (el velo, armas de fuego, el cuerpo...).

No podían faltar los trabajos mediatizados por la digitalización de imágenes. Tal es el caso de los de Mark Grady, en Monte Clark Gallery (Vancouver, Canadá), y su obra Fiero monstruo -en gran formato- quien, a partir de una foto original sobre una división de panzers alemanes en Normandía captada durante la pasada guerra mundial, reconstruye una historia de alemanes, tanque y oficiales de las SS, en la que se introduce el propio artista como protagonista apoyado con el contrapunto de la figura del conde de Floridablanca pintado por Goya.