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PASARELA CIBELES

Nacho Ruiz suaviza el uso de la piel sintética sobre un concepto futurista

Vacas Flacas lanza al mercado su estética del reciclado

El gozoso imperio de los tejidos artificiales -encabezados por la piel, el punto mixto y el aún poco divulgado pero eficaz tencel- ha marcado tendencia y corte en la cuarta jornada de la Pasarela Cibeles, donde Nacho Ruiz encabezó un juego de luces y sombras con apogeo en los abrigos largos. Los nuevos dúos de Duyos & Paniagua y Vacas Flacas portaron sus filosofias del color y la estética rupturista, muy diferentes entre sí, mientras el cierre fue una vez más para Victorio & Lucchino. Verdú y Pernas también obtuvieron el éxito.

Habíamos olvidado el op-art, a Courrêges, los trajes del filme ¿Quién eres tú Polly Magoo? -extraordinaria película apologética de las tripas de la moda que hiciera William Klein en 1965-, los contrastes materiales que implican ruptura y que son en el fondo verdadera novedad constructiva. El tándem Duyos & Paniagua -compuesto por Juan y Cecilia respectivamente- sí ha asimilado todo eso a pesar de pertenecer a la generación del bienestar, saben lo que hacen y son conscientes del uso de ese pasado lleno de intenciones plásticas a la hora de idear una prenda. Su segunda aparición en Cibeles les confirma y les da la alternativa de la adultez. Su factura y terminación son buenos y el criterio de abrigar al cliente con cariño y chispa es todo un acierto.

Fiesta y reflexión

A pesar de que no ha sido una idea feliz por parte de la organización el unirlos a ese otro dúo espléndido, Vacas Flacas (pues se podía crear una alegre confusión de falsas similitudes), el primer desfile mixto del cuarto día de Cibeles ha sido una fiesta y una invitación a la reflexión. Mientras en algunos desfiles parte del público -y casi siempre la primera fila- parece vestido con cortinas Napoleón III acompañadas de rígidos peinados de laca y cardado, estos jóvenes que ya son algo más que vagas promesas dan el revulsivo matinal, pisan fuerte con una apuesta que piensa en esas primeras compras selectivas de moda puntera que sientan el precedente justo para formar un cliente de moda con los pies en la tierra más actual desde la juventud. Si algo de escándalo y de provocación hay en ellos, bienvenido sea, con sus tejidos pintados, su brillo contrastando con lo rústico y un juego muy ponible en el fondo que no desecha el riesgo. El calzado de Duyos & Paniagua también tiene su mérito propio en la asociación de horma y tacón a materiales sintéticos de hoy.Vacas Flacas establece el contenido teatral de un vestuario llevado a la calle. Son unos trajes cultísimos donde el reciclado es un pretexto material donde viven Arman y Pistoletto -el traje hecho exclusivamente de guantes puede ser un buen ejemplo tipificador- y sus dos componentes, Carolina Azcona y Miriam Cobo, dan una aguda vuelta de tuerca al probar que su trabajo pasa de lo experimental y gracioso a la industria artesana, consiguiendo incluso precios asequibles en objetos de gran manualidad costurera, a destacar el uso de la felpa estampada.

A la una de la tarde, Nacho Ruiz mostró una colección de futuro. Su trabajo viaja entre una belleza ampulosa que apuesta por una mujer enérgica, musculada y tensa sobre los materiales que reflejan anticipación. Los plastificados metalizados, la piel sintética, y los largos abrigos que parecen sacados de un filme de Lang garantizan una hechura corporal dinámica, de cederle el paso a la portadora conteniendo la respiración. Es también de clara inspiración artdéco el uso puntual de la plata y el cristal, el negro mate y el raso, los cuellos que no se rinden a la gravedad y los pantalones rectos como flechas perpendiculares a los altos tacones. Madurez en alza y sentido moral de la industria de la nueva ropa puede ser una buena síntesis de la obra de Ruiz.

El catalán Joaquim Verdú mostró su amabilidad con las telas nobles y el punto apuntándose a las gamas atemperadas en la oscuridad del ciruela; su baza del traje chaqueta-pantalón no es convencional y convence. Antonio Pernas, por su parte, hace una colección historicista, agradable, de armario total y buen gusto expresivo, balanceando los colores hasta ceder impulsos ante el inveterado negro, acudiendo a la sastrería como un apunte de formalidad, de respeto por el cliente; puede catalogársele de informal en buen sentido, como un elogio del urbanícola con prisas.

Vittorio y Lucchino trajeron a Penélope Cruz como su principal reclamo de pasarela, y la actriz, que no sólo es muy fotogénica, se bandeó con soltura entre las profesionales del paso. La ropa de los sevillanos mostró más serenidad que otros años. Su absurdo lema -"Muera el minimalismo, viva el glamour"-, por suerte, no se siente en su absurdidad sobre las prendas, donde se puede admirar el buen uso del terciopelo y los tejidos suaves que rozan el cuerpo antes del obligado abrigo.

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