El Gobierno cree que un 40% de los fármacos excluidos se supIen haciendo ejercicio

Hábitos saludables, ejercicio o buena hidratación pueden sustituir los efectos de casi un 40% de los 869 fármacos que Sanidad se propone excluir de la financiación pública. En estos términos se manifestaron ayer el subsecretario de Sanidad, Enrique Castellón, y el director general de Farmacia, Federico Plaza, al explicar los criterios adoptados en la elaboración de la lista. El objetivo, insIstieron, es asegurar la financiación de medicanentos para enfermedades graves, "los verdaderamente inasequibles" mientras que el ciudadano tendrá que acostumbrarse a pagar por sus trastornos menores.

El ministro de Sanidad, José Manuel Romay Becaría, "delegó" ayer en su subsecretario la presentación de la esperada lista del medicamentazo, según explicó el propio Castellón al ser preguntado sobre la ausencia del ministro. Y el primer argumento que expuso sobre esta medida, con la que se pretenden ahorrar 33.511 millones de pesetas anuales, es que "no afecta a enfermedades de carácter crónico". Los enfermos crónicos podrán seguir teniendo gratis los medicamentos excluidos, aseguró Castellón. Esta circunstancia echa por tierra la expectativa de ahorro, a juicio de muchos médicos, ya que la población jubilada, principal destinataria de estos productos, puede considerarse en su gran mayoría con necesidades crónicas.

Criterio de exclusión

La lista íntegra de exclusiones (véase EL PAÍS de ayer), que comprende antidiarreicos, laxantes, analgésicos asociados a otras sustancias, pomadas cicatrizantes, asociaciones de antibióticos y mucolíticos y expectorantes, representa un 3,7% el importe de la prestación farmacéutica pública, según datos de Sanidad. El precio medio de todos ellos ronda las 418 pesetas. Y si se ha decidido excluirlos de la financiación pública ha sido a partir de tres criterios:-Un 25% corresponde a tratamientos de problemas leves de "carácter sintomático y esporádico", explicó el director general de Farmacia, Federico Plaza, refiriéndose a antidiarreicos, antihemorroidales o pomadas cicatrizantes. Si a ello se suma su "bajo precio", Plaza dio a entender que asumir su coste no será gravoso para el paciente.

-Un 36% son medicamentos de "beneficio limitado", continuó argumentando Plaza. Su ausencia tampoco debe suponer un problema, al menos para la población general, ya que este tipo de fármacos se utiliza con mucha frecuencia "en situaciones en las que serían más recomendables los hábitos de vida saludables".

Si las varices son severas, hay que recurrir a la cirugía, dijo, pero en lugar de cremas antivaricosas "es mejor el ejercicio moderado en el caso de varices leves". En cuanto a los expectorantes o mucolíticos, fue tajante: "Viene mejor recurrir a una adecuada hidratación [beber agua] o fisioterapia respiratoria". El propio subsecretario, Enrique Castellón, sin matizar entre curar y aliviar, aclaró que "el catarro no tiene tratamiento".

-Finalmente, el último grupo de medicamentos excluidos y el más numeroso está formado por asociaciones de sustancias, antibióticos o mucolíticos "con escasa justificación desde el punto de vista científico y cada vez menos presentes en los países de nuestro entorno", explicaron los representantes ministeriales. La farmacia moderna tiende a presentarlos ya por separado y en ello coinciden con los especialistas consultados.

En esta lista no están todos los que son. La farmacopea pública aún contiene muchos productos que se han librado de la criba, admitió Plaza. Por ejemplo, el grupo de vasodilatadores periféricos, candidatos hasta ayer mismo a ser excluidos por su limitada eficacia terapéutica. "No es bueno retirar muchos productos de golpe. Se ha tenido en cuenta que la mayoría de sus consumidores son pensionistas y se ha sido sensible a ello", respondió, tras negar que hubieran mediado presiones por parte de la industria de Cataluña.

Castellón hizo hincapié en que estos medicamentos que se van a excluir por su limitada eficacia o porque ya no se usan en países del entorno español "son de calidad, seguros y eficaces". Y así justificó el que se puedan seguir prescribiendo en recetas especiales desde la sanidad pública, según pactó el Ministerio con Farmaindustria: pero el paciente deberá pagar su precio íntegro.

El servicio de Farmacia del Ministerio de Sanidad ya ha evaluado que el mayor impacto de esta lista en el ciudadano, por su amplia prescripción, vendrá dado por los expectorantes, los mucolíticos las pomadas antivaricosas y los complejos de vitamina B. La lista aún será sometida a la opinión de las sociedades médicas y científicas, así como al Consejo Interterritorial de Salud, antes de ser aprobada por el Consejo de Ministros. El proceso llevará entre tres y cuatro meses.

Los representantes de Sanidad no descartaron nuevos medicamentazos en el futuro en aras de lo consideraron prioritario en la prestación farmacéutica pública: la cobertura de los procesos realmente importantes y cuyo tratamiento suele ser costoso, en detrimento del alivio de problemas leves que, cada vez más, el ciudadano deberá acostumbrarse a pagar de su bolsillo.